01 Clasificaciones Antropologicas
6.1. La teleología de la educación
Al encararnos en esta tercera parte de la obra con los contenidos educacionales,
o fines educativos, no apuntamos a fines propiamente estratégicos, o casi
instrumentales, sino que nos referimos a los grandes modelos humanísticos -o
inhumanisticos, según el caso-, modelos que se encuentran siempre incrustados en
una concepciónmás amplia todavía ya que pretende hacerse cargo de la totalidad
aunque no alcance plena conciencia de ello. Estos fines últimos implicados en todo
proceso educador constituyen propiamente diversas Weltanschauungen; los fines
menores e inmediatos de la educación cobran inteligibilidad a partir de dichos
macromodelos antropológico-ontológicos. El discurso que niega esta elementalidad es
tan ideológicocomo el que fabrica dichas cosmovisiones.
Dado que nos hemos situado expresamente en la esfera de la reflexión filosófica, con todo lo que ésta acusa de fragilidad, no causará mayor pasmo
saber que nos circunscribimos al análisis de relaciones superestructurales
prescindiendo del estudio infraestructural del tema. Nos limitamos a presentar
los vectores que señalan la dinámica ideológicainesquivable -por lo menos
que va de las antropologías filosóficas hacia las teorías educativas. Cuando
un escritor o un maestro defienden determinada concepción pedagógica están
proponiendo, aunque no se enteren, muy concretas visiones metafísicas del
hombre. Toda praxis educadora -familiar, escolar u otra- está inserta en una
antropología filosófica desde la cual se vuelve coherente e inteligible, locual,
sin embargo, no quiere decir que quede justificada. En esto no hay
justificación científica posible quedando siempre el último reducto en manos
de la libertad de cada quien, la cual decidirá -si decisión hay- en última
instancia. Cuando no interviene la libertad, tampoco hay elección
antropológica reduciéndose entonces la práctica educativa a un conjunto de
mecanismos neuro-psicosociológicosque no han superado el momento de la
"educación-como-estructura". Aquí explícitamente abandonamos esta fase
educacional para internarnos en la "educación como contenido".
El hecho de tomar, la educación, la vía que conduce a un lelos,
marginando con ello objetivamente otros posibles, introduce los "valores" en
el terreno educativo. A partir de este instante habrá buenas y malas
educaciones, segúnsea la axiología desde la cual uno se pronuncia. No
hay verificación de la bondad o maldad axiológicas de un proceso
educador; éstos son asuntos sobre los que tienen la palabra realidades tan
inconcretas como la libertad, el compromiso, la honradez, \a persona, el
sujeto, la conciencia, el yo... ¿Qué educación es mejor: la anarquista o la
marxista?; sólo hay una respuesta aceptable: para elanarquista, la mejor
educación es la anarquista; para el marxista, en cambio, la mejor de las
educaciones es incuestionablemente la marxista. No es posible situarse en
el punto de vista de los valores totales, como si uno fuera Dios. Quien tal
hace es un dogmático -aunque se refugie en una incierta noción de ciencia
que no viene en absoluto al caso-, es un dogmático que encubre así su
talante totalitario.Inclinarse por esta educación, soslayando otras constituye
tarea política, religiosa, moral, filosófica o estética; jamás es cuestión de un
quehacer estrictamente científico -entiéndase cuando lo involucrado es el
"telos" o fin y no exclusivamente el instrumento o método.
La didáctica proporciona pautas, normas, sobre cómo enseñar a leer;
nunca, sin embargo, prescribe la necesidad moral deenseñar a leer al
prójimo. Esto segundo conoce otros hontanares: los valores antropológicos
a los cuales se está de hecho adherido, habiendo podido estar adherido a
otros, de los cuales se prescinde o a los que incluso se vitupera. La
Filosofía de la educación trasciende el ámbito epistemológico. El
neopositivismo es un exceso; hay que contar además con la axiología, la
ética, la teleología.
Ni la...
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