01 Introducci n

Introducción

La migración siempre se ha encontrado presente a lo largo de la historia de la humanidad, es un fenómeno que ha tenido lugar a escala mundial y que, además, formó parte de todas las épocas de la historia sin distinguir naciones. Podemos decir que los movimientos migratorios se incrementaron mayoritariamente, y se conformaron en lo que actualmente conocemos, a partir del desarrollode la revolución industrial. Esto los convierte en una de las características (y problemáticas) más representativas del mundo moderno.
En el proceso histórico argentino, las migraciones regionales o intercontinentales pueden reconocerse desde antes de la formación del Estado-nación, aunque comenzaron a realizarse de forma masiva a fines del siglo XIX cuando nuestro país ingresó dentro del modeloagro-exportador propio de la coyuntura económica mundial. Para Argentina, el inmigrante se convirtió en un agente social que ha sido y es una figura permanente y de constante participación cultural, económica y política. Dentro de este espectro, las migraciones limítrofes fueron ignoradas durante la mayoría de los momentos históricos, sin ser por eso de importante relevancia para la construccióndel Estado-nación. Aquí es donde encontramos a los inmigrantes bolivianos como una de las corrientes que se han mantenido a lo largo del tiempo e incrementado en los últimos 20 años.
En línea con lo anterior, las regulaciones provenientes desde el Estado al respecto de la temática respondieron mayoritariamente a la occidentalización y conceptualizaciones europeizantes del inmigrante. La coyunturalegal tuvo un cambio significativo a partir del año 2004 con la implementación de la Nueva Ley de Migraciones (Ley 25.871) y.la posterior puesta en práctica del Programa Patria Grande, como un giro en el discurso y en las prácticas de las políticas públicas para referirse y trabajar sobre esta temática. Además de incluir y promover a los inmigrantes limítrofes y parte del MERCOSUR, tambiénotorgaron una perspectiva de los Derechos Humanos junto con el cambio sustancial de una retórica discursiva gubernamental que pasó de la exclusión a una política pública de creciente inclusión socio-política1.
Sobre este desarrollo, conceptualizamos al inmigrante como la persona que decide moverse desde un país de origen hacia otro, con la finalidad de residir en este último por diferentes motivos ocausas que pueden ser de índole social, económica o laboral, entre otras2. Así, estas personas se entraman en nuevas realidades, transformando sus hábitos y generando nuevas redes sociales. Nos resulta necesario aclarar que en esta concepción sólo tenemos en cuenta los movimientos poblacionales que tienen lugar entre diferentes Estados-Nación3. Por lo tanto, el término remite a definir a un otro,a aquél que se va o que viene, pero que es ajeno al espacio social donde se inserta. Tenemos en cuenta entonces al fenómeno migratorio como un proceso, es decir, como hecho social dinámico, que implica numerosos actores y numerosos cambios. El inmigrante es entonces, para nosotros, una figura que va desde la constatación empírica hasta la construcción social del término4, teniendo en cuenta sustrayectos sociales en espacios concretos (la ciudad de Córdoba, sus barrios, y las organizaciones que nuclean inmigrantes), y observándolos como agentes históricamente determinados, donde su trayectoria social resulta fundamental para comprender su forma de entramarse socialmente.
Desde este término, entendemos a la comunidad boliviana en Córdoba como la existencia de una red de relacionesinterpersonales y familiares, conformada y reforzada a lo largo de diferentes generaciones migratorias, que se liga e identifica en gran medida, a través de fuertes lazos, expresados concretamente en festividades religiosas, patrióticas y deportivas5.
Esta comunidad, junto con otras comunidades inmigrantes provenientes de países limítrofes y sudamericanos, son visibilizadas muchas veces como chivos...