01 Serie La Casa Real De Karedes Pasion De Diamante Sandra Marton 1
Sandra Marton
1º Serie Multiautor La casa real de Karedes
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Pasión de diamante (2010)
Serie multiautor: La Casa Real de Karedes
Título original: Billionaire Prince, pregnant mistress (2009)
Editorial: Harlequin Ibérica
Sello / Colección: La Casa Real de Karedes 1
Género: Contemporáneo
Protagonistas: Alexandros Karedes y María Santos
Argumento:
Unafamilia real dividida por el orgullo y la sed de poder volverá a unirse gracias al amor y a la
pasión
María Santos era una diseñadora de joyas neoyorquina que luchaba por abrirse camino en el
mundo de la joyería, y había llegado a Aristo con la intención de conseguir aquel contrato. El
príncipe Alexandros Karedes era frío, implacable y calculador. Estaba convencido de que María no
era más que unacazafortunas que se había acostado con él sólo para lograr que le adjudicaran el
encargo. Ahora Alex buscaba venganza. Si María quería diseñar el collar para la reina, tendría
también que compartir su cama. Sería su amante, pero en la vida de un príncipe jamás habría
lugar para una mujer como ella... ¿Cuánto tiempo tardaría el príncipe millonario en darse cuenta de
que se había enamorado de suamante embarazada?
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Capítulo 1
Al príncipe Alexandros Karedes, segundo en la línea de sucesión al trono del reino de
Aristo, no le gustaba que lo hicieran esperar.
De hecho, nunca le sucedía. ¿Quién sería tan tonto como para hacer esperar a un
hombre como él?
Su propio padre, pensó Alexandros con un suspiro de resignación mientras pasaba por
décima vezfrente a la chimenea de mármol que había en la habitación contigua a la sala
de trono. Las manecillas del reloj francés situado sobre la repisa de la chimenea daban
las seis. Le habían dicho que el Rey lo recibiría a las cinco y media, pero Aegeus no era
conocido precisamente por su puntualidad, ni siquiera con sus hijos.
La reina Tia lo había descrito como «una lamentable costumbre», pero Alex no eratan
amable. Conocía bien a su padre y estaba seguro de que la impuntualidad crónica de
Aegeus no era más que una manera sutil de recordarle a todo el mundo, incluyendo a su
familia, que, aunque ya no era joven, seguía siendo el rey.
Sin duda, también era ése el motivo por el que le había pedido que se reuniera con él allí,
en un lugar tan formal y no en la cómoda e íntima zona privada depalacio.
Así eran las cosas y de nada servía cuestionarlas. Aegeus era un soberano más que
competente; dirigía bien el pueblo de Aristo, pero siempre había sido muy distante con su
esposa y sus hijos. Alex no tenía ninguna objeción al respecto. Quizá a los seis o siete
años habría agradecido una muestra de cariño o que su padre lo hubiese tratado con
menos formalidad, pero ahora ya tenía treinta y uno yhabía conseguido su propio éxito al
ganar para el reino de Aristo un mayor reconocimiento internacional y mayor cantidad de
recursos.
No necesitaba ninguna muestra de cariño por parte de su padre. El cariño era para los
perros o los gatos, no para los hombres adultos.
Miró al reloj una vez más
Aunque comprendía el motivo, odiaba que le hicieran esperar. Era irritante y poco
práctico. La reunión consu padre no duraría mucho, lo sabía por experiencia. Acababa de
volver de un viaje de negocios al Extremo Oriente y Aegeus querría simplemente saber si
todo había ido bien, si había conseguido sumar más bancos y empresas a la
impresionante lista de los que ya operaban en Aristo, pero no querría escuchar los
detalles.
Lo único que importaba eran los resultados, ése el lema de Aegeus. Cómo selograran
esos resultados carecía de relevancia.
A Alex le parecía bien. No necesitaba que le dieran palmaditas en la espalda. Lo que
ocurría era que si el Rey le hacía esperar más tiempo, llegaría tarde a la ciudad.
Claro que eso tampoco importaba.
Su nuevo Ferrari no tardaría en recorrer las estrechas carreteras que zigzagueaban por
los acantilados del Mediterráneo. Y si llegaba al Grand Hotel de...
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