1 Clar N La Regenta

La regenta de clarín
y la novela como «cuadro general de la vida»
Maria Rosso Gallo
Universidad de Turín

«Voz y Letra», VIII/2, 1997, pp. 5-31.

[5] En unas significativas páginas de crítica literaria (Del naturalismo, de 18821), Clarín distingue claramente tres tipos de novelas –«de peripecias», «de carácter» y la que tiende a dar un «cuadro general de la vida»–, graduán­dolas según uncriterio de valor:

Es claro que más que la novela de peripecias insignificantes, que sirve para saciar la curiosidad pueril, el interés impuro de los lectores vulgares que bus­can en el arte un pasatiempo, vale la novela de carácter, donde el documento humano sirve de principal asunto y al medio en que vive se atiende sólo para ser que sea adecuado al personaje, procurando que sus relaciones sean bienestudiadas. Pero más que esta novela vale la que coge en peso el mundo, con la misma atención, perspica­cia y caudal de observación que el novelista psi­cólogo o fisiólogo aplica al estudio de observa­ción del documento humano.
Aquellas novelas (entre las notables de los grandes escritores), en que se ha propuesto el autor copiar un cuadro general de la vida de tal época y lugar, son superiores-en el respecto que examino- a alguna otra, por grande que sea su mérito, en que el perseguir el desarrollo de un carácter da cierto artificio a la composición. Y entre dos novelas de este género último será mejor -siem­pre en el respeto que trato- aquella que ofrezca el estudio del carácter en la proba­ble y verosímil convivencia social, e inferior la que se limite al ánalisis interior de ideas,voli­ciones, sentimientos, etc.2

Al año siguiente, al empezar la redacción de La Regenta, el autor nos ofrece un ejemplo práctico de lo que entiende por novela «que coge en peso el mundo», según el principio fundamental de que «la realidad entera debe y [6] merece ser estudiada y expresada por modo ar­tístico»3. La Regenta, en efecto, viene a ser un complejo retablo del mundo encarnado enVetusta, donde el «análisis interior» de unos personajes principales (Ana Ozores y don Fermín de Pas) está estrechamente ligado a la observación de un amplio muestrario humano y social, en un marco ambiental en el que a menudo los mínimos detalles adquieren un valor simbólico o indiciador. Alarcos Llorach, entre sus agudísimos comentarios a La Regenta, ha señalado este rasgo de modo magistral:

Alofrecernos su novela, no sólo nos pone «Clarín» delante sus agonistas, sino también la escena, el coro sobre el que aquéllos van a «agonizar». Escena y coro que son una y sola cosa: la Vetusta material y espiritual: piedras, paisa­jes, hombres4.

Escena y coro justifican y hacen verosímiles los acontecimientos narra­dos, presentándose como ejemplos del influjo del medio ambiente en la for­mación de lapersonalidad del individuo. Así el relato retrospectivo de la educación de Ana, que pasa por tres etapas fundamentales –con el aya española-inglesa, modelo hiperbólico de maldad, que culmina en el episodio traumático de la barca de Trébol; con el padre filósofo y conspirador, que «la trataba como si fuese ella el arte, como si no tuviera sexo»5; y, por fin, con las tías, cuya enseñanza puedesintetizarse en la lección del ten con ten6, ejemplo sintomático de una hipocresía basada en la obsesión por «guardar las apariencias», que refleja la mentalidad corriente en Vetusta–, explica el tem­peramento neurótico de la protagonista, con sus continuas oscilaciones entre pasividad y rebelión, sentido del deber e impulsos transgresivos, que acaban por causar largas enfermedades, atribuidas por elmédico, don Robustiano Somoza, «a la Primavera médica, de la que no tenía muy claro concepto»7.
Dentro del relato principal8, el medio ambiente hace presión sobre el indi­viduo en primer lugar a través de las murmuraciones, dictadas por la envidia, que aparecen como una actividad constante en todos los espacios sociales de Vetusta, desde el Cabildo, hasta el palacio de los Vegallana y el [7]...