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Mempo Giardinelli
Kilómetro 11
Mempo Giardinelli
Para Miguel Angel Molfino
ara mí que es Segovia –dice Aquiles, pestañeando,
–
P
nervioso, mientras codea al Negro López–. El de
anteojos oscuros, por mi madre que es el cabo Segovia.
El Negro observa rigurosamente al tipo que toca el bandoneón, frunciendo el ceño, y es como si en sus ojos se
proyectara un montón de películasviejas, imposibles
de olvidar.
La escena, durante un baile en una casa de Barrio
España. Un grupo de amigos se ha reunido a festejar
el cumpleaños de Aquiles. Son todos ex presos que
estuvieron en la U–7 durante la dictadura. Han pasado ya algunos años, y tienen la costumbre de reunirse
con sus familias para festejar todos los cumpleaños.
Esta vez decidieron hacerlo en grande, con asado al
asador,un lechón de entrada y todo el vino y la cerve“Kilómetro 11”
© Mempo Giardinelli
en Cuentos completos, Seix Barral, 1999
Imagen de tapa: óleo sobre tela, gentileza de Armando Dilon.
Colección “Mendoza... lee y cosecha”
Diseño y edición: Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, 2004
za disponibles en el barrio. El Moncho echó buena la
semana pasada en el Bingo y entonces el festejo es
conorquesta.
Bajo el emparrado, un cuarteto desgrana chamamés y
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polkas, tangos y pasodobles. En el momento en que
en mano, otros con las manos en los bolsillos, o abra-
Aquiles se fija en el bandoneonista de anteojos negros,
zados con sus damas, rodean al cuarteto y el emparra-
están tocando "Kilómetro 11".
do semeja una especie de circo romano en el que se
–Sí, es –dice el Negro López, y lehace una seña a Jacin-
hubieran invertido los roles de fiera y víctimas.
to.
Con el último acorde, El Moncho dice:
Jacinto asiente como diciendo yo también lo reconocí.
–De nuevo –y no se dirige a los cuatro músicos, sino al
Sin hablarse, a puras miradas, uno a uno van recono-
bandoneonista–. Tocálo de nuevo.
ciendo al cabo Segovia.
–Pero si ya lo tocamos dos veces –responde éste conMorocho y labiudo, de ojitos sapipí, siempre tocaba
una sonrisa falsa, repentinamente nerviosa, como de
"Kilómetro 11" mientras a ellos los torturaban. Los mili-
quien acaba de darse cuenta de que se metió en el
cos lo hacían tocar y cantar para que no se oyeran los
lugar equivocado.
gritos de los prisioneros.
–Sí, pero lo vas a tocar de nuevo.
Algunos comentan el descubrimiento con suscompañe-
Y parece que el tipo va a decir algo, pero es evidente
ras, y todos van rodeando al bandoneonista. Cuando
que el tono firme y conminatorio del Moncho lo ha
termina la canción, ya nadie baila. Y antes de que el
hecho caer en la cuenta de quiénes son los que lo rode-
cuarteto arranque con otro tema, Luis le pide, al de
an.
anteojos oscuros, que toque otra vez "Kilómetro 11".
–Una vez porcada uno de nosotros, Segovia –tercia El
La fiesta se ha acabado y la tarde tambalea, como si el
Flaco Martínez.
crepúsculo se hiciera más lento o no se decidiera a ser
El bandoneón, después de una respiración entrecorta-
noche. Hay en el aire una densidad rítmica, como si los
da y afónica que parece metáfora de la de su ejecutan-
corazones de todos los presentes marcharan al uníso-
te,empieza tímidamente con el mismo chamamé. A los
no y sólo se pudiera escuchar un único y enorme cora-
pocos compases lo acompaña la guitarra, y enseguida
zón.
se agregan el contrabajo y la verdulera.
Cuando termina la repetición del chamamé, nadie
Pero Aquiles alza una mano y les ordena silenciarse.
aplaude. Todos los asistentes a la fiesta, algunos vaso
–Que toque él solo –dice.
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Ydespués de un silencio que parece largo como una
–Dale, tocá. Tocá, hijo de puta –dicen Luis, y Miguel, y
pena amorosa, el bandoneón hace un da cappo y las
algunas mujeres.
notas empiezan a parir un "Kilómetro 11" agudo y chi-
Aquiles hace una seña como diciendo no, insultos no,
llón, pero legítimo.
no hacen falta.
Todos miran al tipo, incluso sus compañeros músicos.
Y el tipo toca:...
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