1 La Cilindra
Carmen Báez (1991). Cuentos de la Revolución. México: UNAM
Ella no tenía dueño. Tal vez no lo tuvo nunca. La encontraron los soldados allá por Huetamo, en un pueblillo caliente ygris, y desde entonces se “dio de alta” y se vino a correr mundo con la bola.
Se hizo amiga de todos: de los soldados, de las soldaderas y hasta del cabecilla. Todos le tenían cariño.
Por flaca, porencanijada, la llamaron La Cilindra. Siempre fiel, siempre alerta, como buena revolucionaria; en su hoja de servicios tenía anotada más de una acción de armas en la que tomó parte tan activa como loshombres, como las mujeres. Nunca conoció el miedo y ante el enemigo se ponía furiosa, tan furiosa que hubiera sido difícil vencerla a ella sola. Después de los combates se le oía aullar por las noches enel campo abandonado. Cuando un soldado enfermaba era la Cilindra su mejor compañera, y nunca se le pudo acusar de traición.
Una vez el cabecilla, aquel hombre de bronce, recio, altanero, bueno,estuvo a punto de saldar sus cuentas con la vida. Los mosquitos de tierra caliente son malos. Cogió una fiebre palúdica que lo tumbó por mucho tiempo. Y allá estuvo la Cilindra con él, sin comer, sinbeber, perdidos en una de las cuevas del cerro… Y fue la pobre Cilindra quien una noche en que el cabecilla agonizaba, llegó hasta el plan y buscó a los soldados, y los llevó al lugar en donde el jefe seestaba muriendo. Ellos le trajeron médico y agua. En poco tiempo estuvo sano. Sólo entonces lo abandonó la Cilindra.
Al pasar por Churumuco tuvo amores con el Capulín, un perrazo negro. Al pocotiempo tuvo también familia: dos cachorros pequeñitos y pardos que por desgracia nacieron en el cuarto de Juan Lanas.
La mujer de Juan, doña Juana la Marota, era larga, fea, mala. Una noche cogió a loscachorritos y se fue rumbo al río. Cilindra corrió tras ella. Llegaron al puente. El río, abajo, era una fuga de aguas turbias. Y los arrojó al fondo, con el mismo desprecio que arrojara un saco de...
Regístrate para leer el documento completo.