1 a Timoteo
Después de consultar algunos autores notamos que hay unanimidad en que el autor de las “cartas pastorales” sea el mismo, pero al indagar si fueron o no de Pablo, sobre la autenticidad de las mismas, aquí se abre una gran interrogante y encontramos argumentos fuertes y válidos de las dos hipótesis existentes: unos la atribuyen a Pablo, otros creen que fueron compuesta por undiscípulo suyo en época posterior.
Rodríguez (2002), afirma que “afectan a la autenticidad, fecha y lugar de composición” (p. 583), y en este sentido, en autores como Cerfaux (1970), encontramos que “la hipótesis de la autenticidad de las cartas pastorales induce a situar su composición entre las fechas 63 y 67. Luego se procura presentar la actividad de Pablo durante los pocos años que se habríaprolongado su vida apostólica.” (p. 484; cf. también Denzer, 1972, p. 247). Esta sería una de las consecuencias de quienes comulgan con esta hipótesis, aducir sobre la posible actividad del Apóstol durante esos años. Sin embargo, según el mismo Rodríguez (2002):
En favor de la autenticidad paulina se deducen testimonios externos y criterios internos. Los primeros se remontan a los padresapostólicos. Más tarde, Eusebio, en su Historia Eclesiástica pudo decir que “son universalmente admitidas por todos” (H.E. III, 3, 5). La tradición sigue unánime hasta el siglo XVIII. Y en nuestros días defienden la autenticidad paulina autores tanto protestantes como católicos. Entre los datos internos cabe destacar una serie de textos que presentan situaciones y actitudes que se refieren sin duda algunaal apóstol (1 Tim 1, 12-17; 6, 14-20; 2 Tim 1, 3-6.8; 2, 9; 3, 10ss; 4, 9ss.21; Tit 3, 1). (p. 583).
Pero, a pesar de los argumentos que podamos encontrar a favor de la autenticidad de la carta, Alonso (2002) hace notar que “suponiendo que las cartas fueran de Pablo, como se creyó durante siglos, hasta que se despertó la crítica; como indican los pasajes en que Pablo habla de sí en primera persona[…]; como defienden todavía unos pocos, las razones contra la autenticidad son fuertes.” (p. 531).
Según Rodríguez (2002) “a partir del siglo XVIII no pocos autores la han atribuido a un discípulo de Pablo” (p.584) y esto podemos constatarlo en autores como Foster y Danzer, quienes exponen tres dificultades inmediatas que se presentan al indagar en la autenticidad de las cartas: (1) las opinionesimpugnadas en las epístolas pastorales son de filiación gnóstica y pertenecen a un período posterior a San Pablo; (2) la organización de la Iglesia parece demasiado avanzada; (3) el estilo y, más especialmente, el vocabulario no son del Apóstol. (cf. Foster, 1959, p. 327 y Denzer, 1972, p. 247).
En este sentido, Alonso (2002) amplía un poco más la visión general de las dificultades presentadas ylas sintetiza en el “lenguaje, la mentalidad y la situación presupuesta” (p. 531).
En cuanto al vocabulario y al estilo:
Según un cómputo cuidadoso, de 848 palabras que usan las tres cartas, 306 no figuran en el resto del llamado cuerpo paulino, 175 no figuran en el resto del NT; faltan palabras típicas del vocabulario paulino, escasean otras frecuentes, cambian de significado algunas; dikaiossignifica honrado, pistis es un cuerpo de doctrina. Estilo: se ha apagado la vivacidad, la pasión y le movimiento, no argumenta para probar su enseñanza; domina una tonalidad pacata y gris. La lengua griega es más depurada, más cercana al griego helenístico. (Alonso, 2002, pp. 531-532).
En cuanto a la mentalidad:
La preocupación central de las tres cartas es afianzar las Iglesias como institución,conservar la enseñanza tradicional y defenderse de las amenazas de desviación doctrinal. Para ello hay que nombrar jefes competentes y de fiar, mantener el orden y la concordia, regular el culto. El autor reitera el adjetivo “sano/a” para referirse a la ortodoxia, habla de “la verdad”, repite que “algunos se han apartado de…” Al ímpetu de evangelizar sucede aquí el fuerzo por mantener. (Alonso,...
Regístrate para leer el documento completo.