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Wilson Acosta Valdeleón
Adrián segura Eslava
Carmen Cecilia González
Pablo Vargas Rodríguez
Es claro que la educación contemporánea por diversas circunstancias2 ha tenido que
responder a nuevos desafíos formativos. La síntesis de tales desafíos, puede verse
reflejada en la necesidad de proponer para las nuevas generaciones una formación
que involucre la multiplicidad deaspectos que caracterizan al ser humano, eso es lo
que se ha conocido como la intencionalidad de formar integralmente.
Hace dos décadas aproximadamente, el debate de la reflexión pedagógica se centró en
hasta qué punto la escuela, entendiéndola como la organización formal destinada para
educar intencionalmente, debía asumir compromisos formativos que trascienden los
netamente académicos y relacionales.Este debate no se originó en las universidades o
en los grupos de estudio sobre la educación explícitamente, fue más bien algo que
surgió de una pregunta propia del quehacer del maestro, quien analizaba y observaba
cómo su rol era más amplio y complejo que el de un guía del saber disciplinar. Su
labor incluía ayudar a reflexionar sobre la vida cotidiana y la vida de la nación y del
mundo, escucharfuera de los espacios académicos a algunos estudiantes que se
acercaban con preguntas sobre sí mismos y su manera de asumir una postura ante la
sociedad. Ante tales acontecimientos el debate sobre lo que debe aprenderse en la
escuela no fue el centro de atención del educador, pasó a serlo el carácter
menesteroso de ofrecer a los sujetos en formación un tipo de educación que les diese
laalternativa de lograr ser ante el mundo, de entender y actuar antes que estar
envueltos en lógicas culturales que les atropellaban. Es decir, la urgencia de formar de
modo más completo y complejo desplazó la cuestión de si la escuela debía ser quien
asumiera esa formación, esto se dio por hecho.
La comunidad docente entonces tomó la iniciativa de preocuparse y tratar de formar
en aspectos fundamentalespara la vida junto con el desarrollo de las asignaturas,
Este documento fue realizado por sus autores para la SED de Bogotá en el año 2009, como integrantes
de Sociedad Educadora.
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2Tales
como los cambios en la estructura familiar, la resignificación de los valores, las formas de
comunicación y relación que han tomado mayor protagonismo -comunidades virtuales en sus múltiples
facetas-, el rolsocial y político de los individuos en un contexto singular y global, etc. Estas, son unas
cuantas circunstancias que dan lugar a la insoslayable tarea de formar bajo la perspectiva de la
integralidad.
incluso antes de que el debate al respecto tuviera alguna conclusión, y antes de que el
Estado presentara un programa articulado de formación integral.
En la actualidad, partiendo de reconocer que elliderazgo en gran parte ha surgido de
la práctica y preocupaciones del maestro, la educación integral es un tema que se ha
tomado con mayor rigurosidad y seriedad, definiéndolo claramente y partiendo de su
definición para plantear ámbitos de formación. Es así como se llega a formular que la
educación integral es un planteamiento formativo que pretende desarrollar las
potencialidades del individuoen todas sus dimensiones. Y en este sentido las
dimensiones son agrupaciones diversas que dan cuenta de las facetas del ser humano,
por ello para algunas instituciones educativas, organizaciones, comunidades, las
dimensiones varían según sus fundamentos ontológicos, sin que ello sea suficiente
para establecer unívocamente cuáles son las que abarcan con mayor profundidad las
facetas de lo humano.Para efectos de este trabajo, la formación integral es entendida a partir de la
perspectiva del desarrollo humano -de la comprensión acerca del crecimiento
evolutivo que tienen las personas según su naturaleza y sus condiciones en el mundo-,
desarrollo que se da en cuatro aspectos fundamentales: Biopsicomotor, Ético moral,
Cognitivo y Socioafectivo.
Por supuesto, estos aspectos o dimensiones del...
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