1
H.P. Lovecraft (1890 – 1937)
Este texto digital es de dominio público en España por haberse cumplido más de setenta años desde la
muerte de su autor (RDL 1/1996 - Ley de Propiedad Intelectual). Sin embargo, no todas las leyes de
Propiedad Intelectual son iguales en los diferentes países del mundo. Por favor, infórmese de la situación
de su país antes de descargar, leer ocompartir este fichero.
La ciudad sin
nombre
H.P. Lovecraft (1890 – 1937)
Howard Phillips
Lovecraft fue un escritor
estadounidense, autor
Perdida en el desierto de Arabia se halla la ciudad sin
nombre, ruinosa y desmembrada, con sus bajos muros
semienterrados en las arenas de incontables años. Así
debía de encontrarse ya, antes de que pusieran las
primeras piedras de Menfis, y cuando aun no sehabían
cocido los ladrillos de Babilonia. No hay leyendas tan
antiguas que recojan su nombre o la recuerden con vida;
pero se habla de ella temerosamente alrededor de las
fogatas, y las abuelas cuchichean sobre ella también en
las tiendas de los jeques, de forma que todas las tribus la
evitan sin saber muy bien la razón. Esta fue la ciudad con
la que el poeta loco Abdul Alhazred soñó la noche antes
decantar su dístico inexplicable:
«Que no está muerto lo que yace eternamente
y con el paso de los evos, aun la muerte puede morir»
© RinconCastellano 1997 – 2011 www.rinconcastellano.com
de novelas y relatos de
terror y ciencia ficción.
Se lo considera un gran
innovador del cuento de
terror, al que aportó una
mitología propia,
La ciudad sin nombre
Al acercarme a la ciudad sin nombre me dicuenta de
que estaba maldita. Avanzaba por un valle terrible
reseco bajo la luna, y la vi a lo lejos emergiendo
misteriosamente de las arenas, como aflora
parcialmente un cadáver de una sepultura deshecha. El
miedo hablaba desde las erosionadas piedras de esta
vetusta superviviente del diluvio, de esta bisabuela de la
más antigua pirámide; y un aura imperceptible me
repelía y me conminaba aretroceder ante antiguos y
siniestros secretos que ningún hombre debía ver, ni
nadie se habría atrevido a examinar.
desarrollada en
colaboración con otros
autores y aún vigente. Su
obra constituye un
clásico del terror
cósmico materialista.
1
La ciudad sin nombre
Yo debía haber sabido que los árabes tenían sus motivos para evitar la ciudad sin
nombre, la ciudad de la que se habla en extrañosrelatos, pero que no ha visto ningún
hombre vivo; sin embargo, desafiándolos, penetré en el desierto inexplorado con mi
camello. Sólo yo la he visto, y por eso no existe en el mundo otro rostro que ostente las
espantosas arrugas que el miedo ha marcado en el mío, ni se estremezca de forma tan
horrible cuando el viento de la noche hace retemblar las ventanas. Cuando la descubrí, en la
espantosa quietuddel sueño interminable, me miró estremecida por los rayos de una luna
fría en medio del calor del desierto. Y al devolverle yo su mirada, olvidé el júbilo de haberla
descubierto, y me detuve con mi camello a esperar que amaneciera.
2
Cuatro horas esperé, hasta que el oriente se volvió gris, se apagaron las estrellas, y el
gris se convirtió en una claridad rosácea orlada de oro. Oí un gemido, yvi que se agitaba una
tormenta de arena entre las piedras antiguas, aunque el cielo estaba claro y las vastas
extensiones del desierto permanecían en silencio. Y de repente, por el borde lejano del
desierto, surgió el canto resplandeciente del sol, a través de una minúscula tormenta de
arena pasajera; y en mi estado febril imaginé que de alguna remota profundidad brotaba un
estrépito de músicametálica saludando al disco de fuego como Memnon lo saluda desde las
orillas del Nilo. Y me resonaban los oídos, y me bullía la imaginación, mientras conducía mi
camello lentamente por la arena hasta aquel lugar innominado; lugar que, de todos los
hombres vivientes, únicamente yo he llegado a ver.
Y vagué entre los cimientos de las casas y de los edificios, sin encontrar relieves ni
inscripciones...
Regístrate para leer el documento completo.