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na novela refrescante, original y salvajemente vampírica
Caitlin Paine acaba de mudarse a uno de los peores barrios de
Nueva York, donde se ve obligada a asistir a un instituto que
detesta. Lo único positivo que le ocurre es conocer a Jonah, con quien
entabla amistad en seguida. Pero justo entonces, Caitlin empieza a
sentir una serie de impulsos —fuerza sobrehumana, intolerancia a la
luz delsol, necesidad animal de alimentarse— que la llevan al lugar
menos adecuado en el peor momento y de repente se ve inmersa en
una guerra entre clanes vampíricos. ¿Es ella uno de ellos? ¿Cómo
podrá sobrevivir en ese submundo? ¿Cuál es su verdadero origen?

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El presente documento tiene como finalidad impulsar la lectura hacia
aquellas regiones de habla hispana en las cuales son escasas o nulaslas
publicaciones, cabe destacar que dicho documento fue elaborado sin fines
de lucro, así que se le agradece a todas las colaboradoras que aportaron su
esfuerzo, dedicación y admiración para con el libro original para sacar
adelante este proyecto.

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Vuelta a la oscuridad
¿Y es saludable ir descubierto
y aspirar las emanaciones de la húmeda alborada?
¡Qué! ¿Bruto está enfermo yabandona su sano
lecho
para exponerse al pernicioso contagio de la noche?

Julio César, William Shakespeare

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aitlin Paine siempre había temido el primer día de clase en una
escuela distinta. Tenían lugar situaciones relevantes, como conocer
a los nuevos compañeros y maestros o aprender dónde estaba todo.
Pero también se daban situaciones más triviales, como conseguir
una taquilla y familiarizarse conel aroma y los sonidos de un
nuevo lugar. Sin embargo, lo que más la atemorizaba eran las miradas:
cada vez que llegaba a un sitio que no conocía, sentía que la gente la
observaba. Lo único que ella deseaba era pasar desapercibida, y, sin
embargo, nunca lo conseguía.
Caitlin no entendía qué la hacía tan llamativa. No era precisamente alta,
tan sólo medía metro y medio, y además, su cabello y susojos de color
café, junto con su peso, dentro de la media, la hacían sentir bastante
ordinaria. Ciertamente no se sentía tan guapa como le parecían algunas de
las otras chicas. Tenía dieciocho años pero aparentaba algunos más,
aunque no tantos como para destacar.
Había algo más. Existía otra cosa en ella que siempre provocaba que la
gente se volviera a mirarla más de una vez. En el fondo, sabíaque era
diferente, sólo que no estaba segura de por qué.
Si existía algo peor que el primer día de clase, era empezar un curso
escolar a mitad del semestre, cuando todo el mundo ya había tenido
tiempo de hacer amistades. Por esa razón aquel primer día, a mediados de
marzo, iba a ser el más terrible de todos. Caitlin podía presentirlo. No
obstante, ni siquiera en sus peores pesadillas imaginó quesería así de
malo. Nada de lo que había visto —y había visto bastante—, pudo
prepararla para algo así.

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Caitlin estaba de pie frente a su nueva escuela, un enorme instituto
público de Nueva York. La helada mañana de marzo la hacía preguntarse:
«¿Por qué yo?».
Su atuendo era insuficiente para aquel frío: sólo un jersey y leggings.
Además, no estaba preparada en absoluto para el ruidoso caos que larecibió: había cientos de chicos gritando, vociferando y empujándose.
Parecía el patio de una prisión.
El ruido
montones
detectado
trataba de

era ensordecedor. Todos reían escandalosamente, de cían
de groserías y se empujaban con gran rudeza. De no haber
algunas sonrisas y risitas burlonas, habría pensado que se
una reyerta colectiva.

Los chicos desbordaban energía, y Caitlin, por el contrario,exhausta,
preocupada y a punto de congelarse, no podía entender de dónde provenía
ésta. Cerró los ojos y deseó desaparecer.
Buscó en sus bolsillos y tocó algo: su iPod. «Sí.»
Se puso los auriculares y lo encendió. Necesitaba ahogar todo el barullo
exterior.
Pero no oyó nada. Miró hacia abajo y se percató de que la batería se había
agotado. «Perfecto.»
Echó un vistazo a su móvil anhelando que...