10 Letras

Diez Letras.
Era una chica cualquiera, su espejo todavía estaba terso, y el cielo brindaba sostén a su cabello, que tragaba fuego y quemaba soles. Si, ella cuidaba bien de su adornado espejo.
Seponía a laborar; no podía permitirse sucumbir ante la prodigiosa herrumbre, que en sueños era al polvo a quien envidiaba, cada vez que veía el doloroso ardor hiriendo la tranquila noche, y dejando elalba. En su condición de humana, disfrutaba de los más bajos instintos, rezaba: ¿Qué es lo que une nuestras manos y busca gobernarnos?, ¿podría ser amor, o sangre o talvez el destino buscando liberarse?Su boca permanecía cerrada hasta brillar, sí, pero lo más doloroso para ella, era repetirlo. Una vez mas se encontraba enredada en unas sábanas con otros aromas, aromas de su difunto padre, al quehabía buscado toda su infancia, que tenía ahora en sus manos, el que este momento se ha marchado ya, dejando una carta nauseabunda, ella al verla, le regurgitó un beso. El caballero a su lado,sintió una agradable tibieza en su pecho desnudo. Su sentimiento le obligo a entregarle “humanos trabajando por papel”; ella resguardo ese sentimiento al lado de su corazón, y el, la llevo al único lugarque ella conocía. Su apartamento, de gran espacio, extremadamente acogedor. Su alma estaba allí, para recibirle con unas cuantas lágrimas, con las que lavó las manchas de vergüenza de su rostro y losolores de pasión de su cuerpo. Se quito las mallas de su disfraz de amante y se encerró de la manera más hermética que pudo en el cuarto de los azulejos: bellas aves que no resisten el frío. Arrojo lallave por encima de su orgullo destrozado, esperando que no volvieran caminando con su trágico sonido. Abrió el grifo de la bañera, el grifo gritó cuando ella lo tocó. Ella trataba de recordar sunombre, (talvez frente a ella misma), pero ahora solo importaba que la cuna en el cielo nocturno, se rehusara a mecerse de nuevo. Por este motivo, buscaba frenética un escalpelo, para extraerse el...