10 Mujercitas699767
Louisa May Alcott
Colección
Biblioteca clásica
www.librosenred.com
Dirección General: Marcelo Perazolo
Dirección de Contenidos: Ivana Basset
Diseño de cubierta: Daniela Ferrán
Diagramación de interiores: María Marta Rodríguez Denis
Está prohibida la reproducción total o parcial de este libro, su tratamiento
informático, la transmisión de cualquier forma o de cualquier medio, yasea
electrónico, mecánico, por fotocopia, registro u otros métodos, sin el permiso
previo escrito de los titulares del Copyright.
Primera edición en español en versión digital
© LibrosEnRed, 2010
Una marca registrada de Amertown International S.A.
Para encargar más copias de este libro o conocer otros libros de esta colección
visite www.librosenred.com
Índice
Capítulo I - El juego delperegrino
6
Capítulo II - Una feliz Navidad
16
Capítulo III - El baile de Año nuevo
26
Capítulo IV - Cargas
36
Capítulo V - Como buenos vecinos
47
Capítulo VI - Beth descubre el palacio hermoso
58
Capítulo VII - Amy pasa por el valle de la humillación
64
Capítulo VIII - Jo se encuentra con Apolo
71
Capítulo IX - Meg visita la feria de las vanidades
81
Capítulo X - Cuadrillas ycorreos
96
Capítulo XI - Experimentos
100
Capítulo XII - Campamento Laurence
110
Capítulo XIII - Castillos en el aire
128
Capítulo XIV - Secretos
137
Capítulo XV - Un telegrama
146
Capítulo XVI - Cartas
154
Capítulo XVII - La pequeña infiel
162
Capítulo XVIII - Días oscuros
169
Capítulo XIX - El testamento de Amy176
Capítulo XX - En confianza183
Capítulo XXI - Laurie daguerra y Jo pone paz189
Capítulo XXII - Prados hermosos200
Capítulo XXIII - La tía March resuelve el problema206
Acerca de la autora 216
Editorial LibrosEnRed217
Capítulo I - El juego del peregrino
–Navidad no será Navidad sin regalos –murmuró Jo, tendida sobre la alfombra.
–¡Es tan triste ser pobre! –suspiró Meg mirando su vestido viejo.
–No me parece justo que algunas muchachas tengantantas cosas bonitas,
y otras nada –añadió la pequeña Amy con gesto displicente.
–Tendremos a papá y a mamá y a nosotras mismas –dijo Beth alegremente
desde su rincón.
Las cuatro caras jóvenes, sobre las cuales se reflejaba la luz del fuego de
la chimenea, se iluminaron al oír las animosas palabras; pero volvieron a
ensombrecerse cuando Jo dijo tristemente:
–No tenemos aquí a papá, ni lo tendremospor mucho tiempo.
No dijo “tal vez nunca”, pero cada una lo añadió silenciosamente para sí,
pensando en el padre, tan lejos, donde se hacía la guerra civil.
Nadie habló durante un minuto; después dijo Meg con diferente tono:
–Saben que la razón por la que mamá propuso que no hubiera regalos esta
Navidad fue porque el invierno va a ser duro para todo el mundo, y piensa
que no debemos gastar dineroen gustos mientras nuestros hombres sufren
tanto en el frente. No podemos ayudar mucho, pero sí hacer pequeños
sacrificios y debemos hacerlos alegremente.
–Pero temo que yo no los haga –y Meg sacudió la cabeza al pensar
arrepentida en todas las cosas que deseaba.
–Pero pienso que el poco dinero que gastaríamos no ayudaría mucho.
Tenemos un peso cada una, y el ejército no se beneficiaría mucho sile
diéramos tan poco dinero. Estoy conforme con no recibir nada ni de mamá
ni de ustedes, pero deseo comprar Undine y Sintran para mí.
–¡Lo he deseado por tanto tiempo! –dijo Jo, que era un ratón de biblioteca.
–He decidido gastar el mío en música nueva –dijo Beth suspirando, aunque
nadie la oyó excepto la escobilla del fogón y el asa de la caldera.
–Me compraré una cajita de lápices de dibujo;verdaderamente los necesito
– anunció Amy con decisión.
6
LibrosEnRed
Mujercitas
–Mamá no ha dicho nada de nuestro propio dinero, y no desearía que
renunciáramos a todo. Compremos cada una lo que deseamos y tengamos
algo de diversión; me parece que trabajamos corno unas negras para ganarlo
–exclamó Jo examinando los tacones de sus botas con aire resignado.
–Yo sé que lo hago dando lecciones a...
Regístrate para leer el documento completo.