10 principios de la DSI
Todo ser humano es creado a imagen de Dios y redimido por Jesucristo y, por lo tanto, es de un valor incalculable y digno de respeto como miembro de la familia humana. Este es el principio fundamental de la enseñanza social católica. Toda persona es digna de respeto, prescindiendo de raza, sexo, edad, patria, religión, inclinaciones sexuales, empleo o niveleconómico, salud, inteligencia, éxitos o cualquier otra característica diferenciadora. No es lo que uno hace o tiene lo que da derecho al respeto, lo que establece la dignidad de uno es sencillamente el ser una persona humana. Dada esa dignidad, la persona humana en la visión católica nunca es un medio, es siempre un fin.
El cuerpo de la DSI comienza con la persona humana, pero no terminaahí. Los individuos tienen su dignidad personal; pero el individualismo no tiene lugar en el pensamiento social católico. El principio de la dignidad humana da a la persona el derecho a la pertenencia, como miembro, a una comunidad, la familia humana. Por tanto, compete a las instancias comunitarias y sociales velar por el cumplimiento de este derecho. Sólo con la acción acorde de todos los hombres ypueblos se puede alcanzar una auténtica fraternidad universal, por el contrario, la existencia de graves desigualdades rompe esos lazos fraternos.
2. El respeto por la vida humana.
Toda persona, desde el momento de su concepción hasta su muerte natural, posee una inherente dignidad y el derecho a la vida, que fluye inevitablemente de dicha dignidad. La vida humana en cualquier estadio de sudesarrollo o decadencia es preciosa y, por lo tanto, digna de protección y respeto. Es imprescindible que los poderes públicos y las organizaciones internacionales velen por su protección. La Iglesia siempre ve lo sagrado de la vida humana como parte de cualquier visión moral en orden a una sociedad justa y buena, lo contrario sería caer en el totalitarismo que niega el valor de algún tipo de vidahumana, frente a ello, la Iglesia afirma el valor absoluto de toda vida humana.
3. El principio de socialidad.
La DSI proclama que la persona humana no es solamente sagrada sino también social. La manera cómo organicemos nuestra sociedad en economía y política, en las leyes y ordenamiento político, afecta directamente a la dignidad humana y a la capacidad de los individuos de desarrollarse enla comunidad. La pieza central de la sociedad es la familia: la estabilidad de la familia debe siempre ser protegida y nunca socavada. Mediante la asociación con otros, sea en familias y en otras instituciones sociales que fomentan el crecimiento, protegen la dignidad y promueven el bien común, la persona humana alcanza su realización. Pero donde mejor alcanza la persona su socialización es en elseno de la familia, de ahí que las instituciones estatales están llamadas a garantizar y favorecer la genuina identidad de la vida familiar y a evitar y combatir todo lo que le pueda dañar. Esto exige de la acción política, la salvaguarda de los valores de la familia y la promoción de la convivencia familiar.
4. El principio de participación.
Las personas tienen el derecho y el deber departicipar en la sociedad, buscando juntos el bien común y el bienestar de todos, especialmente de los pobres y más vulnerables. La participación es un deber que todos han de cumplir conscientemente, en modo responsable y con vistas al bien común. No puede ser delimitada o restringida a algún contenido particular de la vida social, dada su importancia para el crecimiento en ámbitos como el mundo deltrabajo y de las actividades económicas, la información y la cultura y la vida social y política. Desde esta perspectiva hay que favorecer la participación de los más débiles.
Este principio se aplica de manera especial a las condiciones relativas al trabajo. El trabajo es más que un medio de ganarse la vida; es una forma de participación continua en la acción creadora de Dios. Si se ha de proteger...
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