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Páginas: 24 (5836 palabras)
Publicado: 29 de febrero de 2016
La crisis:
una mirada moral
La crisis ha revelado la fragilidad
de los fundamentos éticos del mercado.
Principios como ‘el que la hace, la paga’
o ‘al final, lo que importa son los resultados’
han dejado de cumplirse.
félix ovejero lucas
LA RESPONSABILIDAD Y EL MERCADO
Hay pocos conceptos más importantes en filosofía práctica que el
de responsabilidad1. Si se piensa bien, con diversosdesarrollos, que
remiten a diversas ideas, cuyos matices ahora no nos interesan, la
idea de responsabilidad está en la trastienda última tanto de filosofías políticas conservadoras como de filosofías progresistas, tanto
del liberalismo más crudo como del igualitarismo más hondo. Para
1
Sobre responsabilidad desde la perspectiva del derecho y atento a los problemas filosóficos comprometidos, cf.Moore, M. S.,
Causalidad y responsabilidad, Marcial Pons, Barcelona, 2011. Aquí manejaré la noción de responsabilidad sin entrar en sus muchas
honduras filosóficas, jurídicas o neurológicas. Su inevitable compañía es otro avispero filosófico: el libre albedrío. Las posturas
filosóficas básicas (compatibilismo, compatibilismo fuere, incompatibilismo y revisinionismo) se encuentran bien defendidas enFischer, J.; Kane, R.; Pereboom, D.; Vargas, M. Four Views on Free Will, Blackwell, Oxford, 2007. Una excelente sistematización,
con sensibilidad jurídica, es la de Martin Fischer, J.; Ravizza, M., Responsability and Control, Cambridge U.P., Cambridge, 2000.
No está de más decir que cabe una interpretación, bien informada con los resultados de la ciencia, que asume un universo determinista, sin queello impida contemplar suficiente espacio al ámbito de elecciones personales: Walter, H., Neurophilosophy of Free
Will, The MIT Press, Cambridge, Mass, 2001. Contra la centralidad de la idea de responsabilidad en el debate moral y político es de
interés el trabajo de Waller, B., Against Moral Responsibility, Cambridge, Mas. The MIT Press, 2012.
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las primeras estájustificado recompensar el esfuerzo individual y,
también, abandonar a su suerte a los que, libremente, han elegido
mal. Los individuos deben asumir las consecuencias de sus actos.
Si, por ejemplo, yo escojo una vida de riesgo (empresas temerarias,
conducir sin casco, fumar) y como consecuencia de ello sufro ciertas
peripecias (ruina, accidente, enfermedad), no hay ninguna obligación
moral de socorrermepor parte de los demás. El Estado, se dirá, no
es “un papá” llamado a protegerme. Por su parte, las perspectivas
progresistas, cuando alcanzan alguna vertebración, con facilidad
recalan en una de las teorías normativas más promisorias en circulación, el llamado igualitarismo de la suerte, que tiene por lema la tesis
“ninguna desigualdad (está justificada) sin responsabilidad”. Desde
estaperspectiva, resultan condenables las desigualdades –de acceso
a las posiciones sociales o a los recursos– que nada tienen que ver
con las elecciones responsables de las personas, como sucede con
sus circunstancias familiares, geográficas, culturales o biológicas
(color de la piel, sexo, talentos naturales, etcétera.)2.
La idea de responsabilidad también resulta importante en las
defensas del mercado. Tantoen las defensas deontológicas –si queremos seguir manteniendo una clásica distinción más que discutible– que, en lo esencial, apelan a la justicia de retribuir el esfuerzo
o la productividad, o, en otra versión, a respetar la autonomía de los
individuos, sus elecciones y las consecuencias –buenas o malas– que
de ellas se siguen, como en las que acuden a los resultados sobre
el bienestar, laeficacia y hasta la libertad. Voy a desgranar algunas
de esas defensas no sin advertir que se trata antes de un inventario
de argumentos en circulación que de una ordenación conceptual.
Seguramente, una reconstrucción analítica de cada una de ellas
mostraría vecindades y vínculos estrechos entre los diferentes usos
y, al final, jerarquías y superposiciones.
2
Distintas presentaciones en Hurley, S.,...
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