103 jose peco libro

103

Juan José “Peco” San Martín

Colección
Novelas

www.librosenred.com

Dirección General: Marcelo Perazolo
Dirección de Contenidos: Ivana Basset
Diseño de Tapa: Patricio Olivera

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Primera edición en español en versión digital
© LibrosEnRed, 2004
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ÍNDICE

Primera Parte
Segunda Parte
Tercera Parte
Acerca del Autor
EditorialLibrosEnRed

A mis chicas

Primera Parte

OMIC–Bruselas, 1923
Estimado Dr. Louis De Broglie:
De acuerdo a los estudios realizados sobre los presentes experimentos,
tenemos el agrado de comunicarle que su teoría sobre la dualidad de las
partículas ha sido admitida como punto 103 de la próxima convención
bianual que se celebrará en la ciudad de Munich.
Por ende, se lo invita a suparticipación.
Organización Mundial de Investigación y Ciencia.

OMIC–Munich, 1924
Teoría de De Broglie
Existe una dualidad onda–partícula, es decir, todas las partículas de la
materia también poseen propiedades de onda.

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Juan José “Peco” San Martín

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Se trataba dess
Se trataba de una pareja normal, una de esas parejas modernas que han
encontrado elequilibrio de conviviencia basado en la independencia.
Jóvenes y sin hijos, compartían sus vidas sumergidos en dos rutinas, cada
uno en la suya.
Posiblemente no pasaban por el mejor momento, pero tampoco se puede
decir que fuera especialmente malo.
–Te quedarás ciego. ¿No te das cuenta de que no hay luz?
–Me doy cuenta, pero me encanta sufrir.
–Estás insoportable.
–Me encanta hacertesufrir.
–El que va a sufrir cuando se quede ciego no soy yo precisamente.
–¡Exacto!
–¡¿Qué?!
–¡Por fin!
–¡¡¿Qué?!! No te aguanto cuando te pones así, no te importa nada,
dejas de hablar conmigo para meterte en tus pensamientos, como si yo
te importase un pimiento, eso es lo que pasa, a ti sólo te importan tus
experimientuchos, sólo conoces de numerajos y papeles, no sabes nada de
personas, derespetos mutuos, de convivencia, de humanidad. ¡Estoy más
que harta de repetírtelo!
–Lo siento, pero me parece que esto por fin va a funcionar.
Clara, como de costumbre, se fue sin terminar de escuchar las estúpidas y
repetitivas frases hechas de su marido.
La noche era fría y se sentían los rotores del equipo central de calefacción,
el típico ruido del invierno. Clara, metida en su rutina,estaba sentada
en el salón viendo la televisión con la inevitable cara de estar perdiendo
el tiempo; en eso sí que admiraba a Roberto y aunque siempre se lo
reprochaba, si había algo que le gustaba de él era su vitalidad, su continua
obsesión por lo nuevo, por el cambio. Siempre que esa idea le venía a la
cabeza, terminaba sintiéndose sumamente vaga y perezosa, por lo que
para intentarborrar esa sensación, hacía zapping.

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LibrosEnRed

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–¿Dónde estás Clara? No sé para qué pregunto, me apostaría cualquier
cosa a que estás viendo, con mucho interés, la tele.
–Je, ¿por qué no habré apostado?
–¿Qué pasa?
–Definitivamente va a funcionar.
–¿El experimentucho De Broglie?
–¡Sí!
–¡Por favor! Cuántas veces voy a tener que repetírtelo: no, no y ¡no! No
quieras violar lasleyes naturales, no quieras interpretar a Dios a tu gusto,
no Roberto, ¡el hombre no!
–¡El hombre sí! Así como cualquier otro animal, vegetal o mineral. Sólo
necesito que me escuches y no me tires abajo todo el razonamiento, si es
que no te convence alguna hipótesis.
–Mira, vamos a hacer un trato. Yo ahora escucho tu rollo y después de hoy,
no te quiero volver a oír decir tonterías durante...