11 de Septiembre
Experiencias de vida, sobrevivientes, lágrimas y sangre. Poco se sabe sobre los desaparecidos de esa fecha, hastael día de hoy. Recuerdos imborrables, heridas incurables, pecados imperdonables… Es solo un poco de esto lo que se me viene a la cabeza cuando pienso en el día que cambió mi vida y la vida de mipueblo, 40 años atrás.
Desde pequeña había soñado con viajar, conocer el mundo, recorrer cada rincón de mi patria y vivir experiencias que hicieran cambiar mi visión de vida. Pero nada de eso ocurrió.Yo era madre soltera de 2 hijos, 4 y 10 años, hasta que la dictadura se llevó sus vidas, y hasta el día de hoy no ha habido rastro de ellos. ¿Por qué ellos? ¿Por qué no me mataron a mí? ¿Qué teníanque ver ellos en eso? Fui testigo del maltrato y tortura de lo único que tenía en la vida. ¿Qué más podía hacer? Ya no me quedaba nada. Exigían respuestas y quién sabe de qué me hablaban, pues yo no lassabía. No me creyeron, claro está. Fui víctima de la violación de mi cuerpo, mi dignidad, mis derechos e integridad personal. No es necesario entrar en detalle sobre los métodos de tortura queocuparon conmigo, porque estoy segura que ninguno de los espectadores aquí presentes quiere saberlo. Logré escapar, completamente solitaria a las calles de Santiago, infectadas de sangre, lágrimas einjusticia. Madres que lloraban por sus hijos, inundadas en la desesperación al no saber sobre ellos. Jóvenes corriendo de los ataques de sus mismos patriotas, que parecieran como si fuesen de otra...
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