11juansoldado

Páginas: 41 (10013 palabras) Publicado: 25 de septiembre de 2015
Juan Soldado
La canonización popular de un violador y asesino confeso
Paul J. Vanderwood

Contexto
En febrero de 1938, una niña de ocho años de edad fue violada y asesinada en
Tijuana, México. Un soldado, que apenas contaba 24 años de edad, se confesó
autor del crimen y, tras un juicio sumario, fue ejecutado. Poco después, grupos
de curiosos dieron en comentar ciertas “señales” –la presencia delo divino– en la
tumba del soldado. De este modo, dio inicio el culto al soldado muerto; ocurrían
milagros y los fieles erigieron un altar junto a la tumba. El culto continúa hasta la
fecha. Cientos de personas visitan el altar en memoria de Juan Soldado, en busca
de favores; la capillita se encuentra cubierta de exvotos en los que se da gracias por
los milagros recibidos. En este trabajo seexamina cómo un violador-asesino confeso
terminó por ser objeto de culto como si se tratase de un santo1.
El crimen
El 13 de febrero de 1938, al atardecer, Olga Camacho, a la sazón con ocho años
de edad, acudió a la tienda de la esquina de su casa, en la ciudad fronteriza de
Tijuana, a comprar un trozo de carne para la cena familiar. Al ver que no regresaba,
su madre, Feliza, comenzó a preocuparse y sedirigió a la tienda a indagar acerca del
paradero de su hija. En efecto, la niña había estado en la tienda, recordó el propietario, y había comprado la carne. La había visto por última vez brincando por la calle

1.

Este ensayo contiene un resumen del nuevo libro del autor, titulado Juan Soldado: Rapist,
Murderer, Martyr, Saint. Durham: Duke University Press, 2004.

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Santuarios,peregrinaciones y religiosidad popular

en dirección a su casa, que se hallaba apenas a una cuadra de distancia. Pero Olga
había desaparecido sin dejar rastro.
Feliza pensó que tal vez la niña se había demorado en casa de alguna amiga
pero, después de verificar que no era así, estaba como al principio. La segunda hipótesis era si la podía haber atropellado un coche y había sido trasladada a algún hospital,pero los doctores entrevistados sólo confirmaron que ningún paciente con las
características de la niña había recibido atención. Por la mente de la madre empezaron a circular especulaciones a cada cual peor. En años recientes, San Diego y su
área circunvecina, justo al norte de la frontera con Estados Unidos, había pasado
por una ola de secuestros y asesinatos de niños, varios de ellos todavía sinresolver.
Por si fuera poco, el caso Lindberg todavía estaba vivo en el recuerdo de la gente.
Para entonces los temores de la madre se habían convertido en verdadero pánico.
Telefoneó a su esposo, que tenía una cantina, y durante una hora los dos buscaron
por todo el barrio. Por fin, llamaron a la policía. Toda la noche y hasta bien entrado
el día siguiente, policía, soldados de la zona militarlocal y amigos de la familia buscaron infructuosamente a Olga. A eso del mediodía un vecino entró en un garaje
abandonado, justo enfrente de la residencia de los Camacho, y gritó: “¡Aquí está!”
“¡Aquí está!” Ahí las autoridades hallaron a la niña, muerta, prácticamente había
sido decapitada, y comenzó la búsqueda de pruebas. Se descubrió pelo debajo de las
uñas de la víctima, lo que parecía indicarque había puesto resistencia. Su ropa y el
lugar donde se hallaba estaban empapados en sangre, pero ¿era la sangre de la niña
o la de su atacante? Se observó una huella muy clara de una bota con un dibujo en
forma de diamante, al lado del cuerpo sin vida, y en el techo de una edificación
cercana estaba el paquete de carne que la niña había comprado. La envoltura tenía
una huella dactilarensangrentada muy nítida.
El general Manuel Contreras, comandante de la zona militar, asumió el
control de la investigación. Por la tarde temprano se tenían bajo custodia a cinco
jóvenes –dos soldados y tres civiles– en la delegación de policía listos para ser interrogados. Los tres civiles habían pasado la noche en un establo cercano a la escena
del crimen y convencieron a las autoridades de que ahí se...
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