12 Actividad competencial n
Yo, Constantino Augusto, y yo también, Licinio Augusto, reunidos felizmente en Milán para tratar de todos los problemas que afectan a la seguridad y al bienestar público, creimosnuestro deber tratar junto con los restantes asuntos que veíamos merecían
nuestra primera atención el respeto de la divinidad, a fin de conceder tanto a los cristianos como a todos los demás, facultadde seguir libremente la religión que cada cual
quiera, de tal modo que toda clase de divinidad que habite la morada celeste nos sea
propicia a nosotros y a todos los que están bajo nuestra autoridad.Así pues, tomamos esta saludable y rectísima determinación de que a nadie le sea
negada la facultad de seguir libremente la religión que eligió para su espíritu, sea la
cristiana o cualquier otra quecrea más conveniente, a fin de que la suprema divinidad,
a cuya religión rendimos este libre homenaje, nos preste su acostumbrado favor y benevolencia. Para lo cual es conveniente que tu excelenciasepa que decidimos anular
completamente las disposiciones que te fueron enviadas anteriormente respecto al nombre de los cristianos, ya que nos parecían hostiles y poco propias de nuestra clemencia,
ypermitir de ahora en adelante a todos los que quieran observar la religión cristiana,
hacerlo libremente sin que esto les suponga ninguna clase de inquietud y molestia.
Así pues, creimos nuestro deberdar a conocer claramente estas decisiones a tu solicitud para que sepas que otorgamos a los cristianos plena y libre facultad de practicar
su religión. Y, al mismo tiempo que les concedimos esto, tuexcelencia entenderá que
también a los otros ciudadanos les fue concedida la facultad de observar libre y abiertamente la religión que hayan escogido como es propio de la paz de nuestra época.
Nosimpulsó a obrar así el deseo de no aparecer como responsables de mermar en nada ninguna clase de culto ni de religión.
Editorial Casals • Material imprimible y fotocopiable
Lactancio, De mortibus...
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