12 Tesis de teologia
A lo largo de sus investigaciones(76), la Comisión teológica internacional ha encontrado el problema de las relaciones entre el Papa y los obispos, «Iglesia docente», por una parte, y los teólogos, por otra(77). En la sistematización preconciliar, los teólogos, ante todo, tenían la misión de transmitir a los seminaristas la doctrina oficial. Sólo algunos de entre ellosllevaban a cabo sus investigaciones personales, pero con frecuencia se encerraban en la erudición histórica. La crisis modernista había creado un clima de desconfianza que aún seguía pesando.
Los trabajos del Concilio y, más aún, el hervidero de ideas del post-Concilio hicieron caer en la cuenta de la simplicidad de las soluciones recibidas. Ya en 1950, en el Congreso jubilar de la UniversidadGregoriana, el cardenal G. Siri había subrayado la paradoja de la situación: «Nosotros los obispos, junto con el Papa, formamos la Iglesia docente -decía-, mas cuando tenemos que enseñar algo nuevo, es a vosotros, teólogos, a quienes nos dirigimos».
¡De nuevo, y mucho, durante y después del Concilio! Y si las intrigas de los teólogos no han sido lo que algunos espíritus desazonados han descrito, no esmenos verdad que la parte de los peritos fue muy grande. Los obispos daban las directrices, proponían las cuestiones, pero eran los especialistas los que redactaban los textos de los esquemas sobre los que los obispos habían de pronunciarse. Fuera de los mismos textos oficiales, ¡cuántos discursos episcopales fueron redactados sobre la documentación preparada por tal o cual teólogo!
Por otraparte, la corresponsabilidad episcopal debería extender a todo el mundo los métodos de trabajo de la Curia romana(78): los teólogos especialistas se convertían en coautores de textos doctrinales y pastorales. Al margen de esta colaboración, por otra parte, los «teólogos» ocupaban con frecuencia el primer plano de la vida de las ideas, gracias tanto a los encuentros, congresos, simposios, etc., comotambién a la prensa y a la televisión, que reservaban, sobre todo, a sus audacias, espacios muy escogidos.
Fue precisamente con un simposio muy abierto y libre como la Comisión teológica internacional decidió hacer el balance del problema durante la sesión anual de octubre de 1975. Bajo la presidencia del reverendo padre O. Semmelroth S.I., rector de la Facultad de Teología de los jesuitas alemanesen Frankfurt a.M.(79), las investigaciones fueron llevadas a cabo, expuestas y pasadas por la criba del diálogo antes de ser examinadas en una mesa redonda durante toda una semana. Se impusieron dos grandes tipos de orientaciones principales: el de la doctrina y el de la historia.
Desde el punto de vista de la historia era importante, ante todo, examinar la experiencia privilegiada de lasprimeras generaciones, y especialmente las relaciones entre los pastores, los doctores, los äéäÜóêáëoé. Esto fue, sobre todo, obra del profesor H. Schürmann, ayudado en ello por el reverendo padre B. Ahern C.P. El historiador de la teología, autor del espléndido artículo Théologie del DThC, reverendo padre Y. Congar O.P., fue el designado para seguir la evolución de la influencia de los teólogos queculmina en la Edad Media(80). En lo que concierne a la época moderna había que escuchar al reverendo padre J. Walgrave O.P., especialista en Newman. Precisamente a lo largo de su evolución espiritual y a través de sus crisis dolorosas el fundador del Oratorio en Inglaterra intentó precisar la parte relativa del Papa, de los obispos, del conjunto de los fieles, de las conciencias individuales, en la fecreída y vivida.
El segundo bloque de trabajos era estrictamente doctrinal e intentaba tematizar las relaciones Magisterio-teología, después de haberlas estudiado en su evolución histórica concreta. Dos jornadas de estudio fueron especialmente dedicadas a ello, bajo la dirección del reverendo padre J. Alfaro S.I.(81) y del profesor K. Lehmann. Importaba, ante todo, precisar de nuevo la noción...
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