12
crear fútbol le
brotaba por lol poros. y
por si esto resultara
poco/ aún había algo
más que su talento en
ffi"lt il Í:::T,T:'* ru:
que también jugaba
con
;:x
ji:l
unafuerzaexplosiva.
Había en él una especie
de carisma, de fue_
go resplandeciente y
abrasador, una dinami_
ta furiosa que no se
detenía
do corría €r€r C
"or,.,udu. Cuan_
me di d a
n," u.,,lT,ouü::::,"n,";i.l"T,l,l,:
cía un bólido, un torbellino
qr" Jrr""r^"rli
ja por donde pasaba:
lo, Aufu.ru, rivales que
iban a marcarlo rebotaban;;il"_o
si fue_
ran de goma. euedaban
Uotaaos, quebrados,
humilladosen el suelo.
H p;r;rd; que minu_
tos antes era un nudo,
At to a"renredó con ju_
gadas personales y
habilit".i";"; ;agistrales.
Yo
anoté tres goles gracias
a pases que me
dio.
Los goles los pudohuUu, urio,uao- é1, p"ro
ul
verme solo junto al
arco, tieso como un
palo
y
boquiabierto de versu
habilidad, pepinho me
tocaba suavemente
la pelot" p.,,rUre
la sali_
da del arquero y yo
no tenía nada másque
ha_
.:. q-.tu empujarla adentro. Él
me miraba son_
riendo, como el niño
más fehzjJ*rnao,
y
me daba la mano como
si fuésemos amigos
de
toda la vida. Yo le extendíaIa mía y 1o saludalr¡ mirando elsuelo, aveÍgortzado por haber
lrccho la parte más fácil de la tarea. Cuando el
partido se abrió gracias al juego de Pepinho,
t'l rival también nos anotó algunos goles y el
jtrcgo definitivamente sevolvió más atractivo,
pcro daba la impresión de que Pepinho dejaha que los jugadores rivales le quitaran algurras pelotas y convirtieran algunos goles para
no monopolizar el trámite del partido y, sobrelodo, para que ellos también pudieran brillar
un poco. En suma, era alguien generoso con
su juego, no buscaba el exclusivo lucimiento
propio, sino que hacía jugar a los dos equipos
y, aunque é1tratara de disimular que no era
.rsí, todos nos dábamos cuenta de eso.
Cuando el partido terminó, Valentino Da
Silva no podía cerrar la boca de la impresión.
-T(r,
guntó
niño, ¿cómo te llamas?
el...
Regístrate para leer el documento completo.