18 Conferencia De Freud
La fijación al trauma, lo inconciente
Señoras y señores: La última vez dije que no queríamos proseguir nuestro trabajo partiendo de nuestras dudas, sino de nuestros descubrimientos. Todavía no hemos formulado dos de las conclusiones más interesantes que se derivan de los dos análisis que presentamos como paradigmas.
La primera: Las dos pacientes nos hacen la impresión deestar fijadas a un fragmento determinado de su pasado; no se las arreglan para emanciparse de él, y por ende están enajenadas del presente y del futuro. Están metidas ahí, dentro de su enfermedad, como antaño era costumbre retirarse a un claustro para sobrellevar un aciago destino. Para nuestra primera paciente, fue su casamiento, desistido en la realidad, el que le deparó esa desventura. Através de sus síntomas prosigue el proceso con su marido; aprendimos a comprender aquellas voces que alegan en favor de él, lo disculpan, lo enaltecen, lamentan su pérdida. Aunque ella es joven y deseable para otros hombres, ha recurrido a todas las precauciones reales e imaginarias (mágicas) para guardarle fidelidad. No se muestra ante ojos ajenos, descuida su aspecto. También es incapaz de levantarsecon presteza de un sillón en que se ha sentado (Freud describió y explicó con más detalle el síntoma en otro informe sobre este caso (1907b), AE, 9, pág. 104.), y se niega a firmar con su nombre; no puede hacer regalos, para lo cual aduce la motivación de que nadie debería recibir nada de ella.
En el caso de nuestra segunda paciente, la joven soltera, fue un vínculo erótico con el padre,establecido en los años anteriores a la pubertad, el que cumplió ese papel en su vida. También había extraído para sí la conclusión de que no podía casarse mientras estuviera tan enferma. Podemos conjeturar que se puso tan enferma para no tener que casarse, y permanecer junto al padre.
No tenemos derecho a esquivar esta pregunta: ¿Cómo, por qué vías y en virtud de qué motivos se llega a una actitudtan rara y desventajosa para la vida?, suponiendo, desde luego, que esta conducta sea un carácter universal de la neurosis y no una peculiaridad de estas dos enfermas. Pero, de hecho, es un rasgo universal, y aun de notable importancia práctica, de las neurosis. La primera paciente histérica de Breuer había quedado fijada, de manera similar, a la época en que cuidaba a su padre gravemente enfermo.Después, y a pesar de su restablecimiento, en cierto aspecto permaneció segregada de la vida; quedó, por cierto, sana y capaz de rendimiento, pero se apartó del destino normal en la mujer [Anna O. no contrajo matrimonio. Cf. Jones (1953, págs. 247-8).]. En cada uno de nuestros enfermos el análisis nos permite discernir que, dentro de los síntomas de su enfermedad y por las consecuencias que deestos dimanan, se han quedado rezagados en cierto período de su pasado. Y en la abrumadora mayoría de los casos han escogido una fase muy temprana de la vida, una época de su infancia y hasta, por risible que pueda sonar esto, de su período de lactancia.
La analogía más inmediata con esta conducta de nuestros neuróticos la ofrecen enfermedades como las que la guerra provoca ahora con particularfrecuencia: las llamadas neurosis traumáticas. Desde luego, también antes de la guerra las hubo, luego de catástrofes ferroviarias y otros terribles peligros mortales. Las neurosis traumáticas no son, en su fondo, lo mismo que las neurosis espontáneas que indagamos analíticamente y solemos tratar; todavía no hemos logrado someterlas a nuestros puntos de vista; espero poder aclararles alguna vez laraíz de esta restricción (ver nota) [En la 24ª conferencia vuelve a hacerse referencia a las neurosis traumáticas. Freud pudo luego esclarecer mejor las neurosis de guerra (1919d).]. Pero en un aspecto nos es lícito destacar una concordancia plena. Las neurosis traumáticas dan claros indicios de que tienen en su base una fijación al momento del accidente traumático. Estos enfermos repiten...
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