190994702 La Desbanda Luis Melero

Páginas: 709 (177131 palabras) Publicado: 25 de octubre de 2015
Málaga, 1935. La familia del pequeño Mani, de once años, está tan
dividida como la propia España: Paco milita en el Partido Comunista.
Antonio es anarquista, Ricardo quiere ingresar en el seminario y a
Miguel solo le preocupan sus amoríos. Mientras Mani se esfuerza en
conseguir dinero para contribuir al sustento de su hogar, la República
camina por la cuerda floja y su familia parece estar en elcentro del
huracán. Pronto, la Luftwaffe bombardeará la ciudad...
Datos del libro

©2005, Luis Melero
©2006, Roca Editorial de Libros, S.L.
ISBN: 9788496525849
Generado con: QualityEbook v0.35, Notepad++

A los centenares de personas que con su
doloroso testimonio han hecho posible
la escritura de esta novela.

A Luis Algorri, cuya generosidad sólo se ve
superada por la calidad de su prosa.

ABlanca Rosa, Silvia y Patricia, mis tres
ángeles de la guarda.

Málaga, arada por la muerte
y perseguida entre los precipicios
hasta que las enloquecidas madres
azotaban la piedra con sus recién nacidos.
España en el corazón,
PABLO NERUDA

Los hechos relatados aquí sucedieron verdaderamente.
Los personajes y sus circunstancias son ficticios.

I. La quema de júas

Como acababa de cumplir onceaños, Mani se creía muy mayor para
sentir miedo de la silueta del muro del convento, que le desvelaba
todas las noches cuando, distraído por los juegos callejeros, olvidaba la
resolución de no mirarla nunca si estaba a punto de acostarse. Pero
ocurría a diario. Se despedía de los amigos con el tedio de costumbre,
porque hallaba a los chicos de su edad demasiado infantiles, y daba
una ojeada envidiosaal grupo revoltoso de adolescentes que adulaban
al Templao, todos mayores de dieciséis años, y entonces, al mirar más
allá de ellos hacia el fondo del callejón sin salida, sus ojos, rebeldes a su
voluntad, se clavaban en la silueta.
Tenía que subir las escaleras empeñado en no sentir el escalofrío, pero
daba luego vueltas y vueltas en el colchón, sin lograr casi nunca
dormirse antes de lamadrugada, cuando le vencía el agotamiento
puesto que su jornada de trabajo comenzaba a las siete de la mañana.
La silueta le obsesionaba la mayoría de las noches y si al rebullirse le
despertaba alguno de sus cuatro hermanos con una patada o un
gruñido, dado que las dos colchonetas extendidas en el suelo eran
insuficientes para los cinco, se arrastraba hasta el balcón para asomar la
cabeza entre lasmacetas de geranios a ver si la silueta se movía junto a
los demás fantasmas que recorrían el barrio entre crujidos. Todas las
callejas eran estrechas y lóbregas; de día, los desconchones de las
paredes de cal creaban dibujos que se confundían con las sombras de
las macetas proyectadas por el sol; al caer la noche, las paredes
conservaban las huellas de las sombras del día y Mani era incapaz dedeterminar si veía realidad o la proyección chinesca de una impresión
de su memoria.
La historia de la silueta debía de ser muy antigua, varios siglos sin
duda; Mani llevaba obsesionado con ella todos los días de su vida
desde que tenía memoria. Las mujeres que ayudaban ocasionalmente a
su madre, de noche, en el taller de costura, no paraban de cotorrear
para que no les venciera el sueño y era el enigmade la silueta con lo

que más saliva gastaban.
—Lo que grita la mancha de madrugá, me pone los pelos de punta
—decía con tono ronco la más vieja de las costureras, Mercedes la
Alpistelá, que además de borracha, tenía fama de nigromante y por ello
suponía Mani que no sería de las más impresionables—. No hay una
puta ni un bujarrón que grite las porquerías que ella grita.
—Han tratao mil millonesde veces de tapar con cal esa mancha
—relató Concha la Chata, una vecina del piso bajo del corralón—. Se
hartan de dar brochazos y rascar la pared, y nanay; siempre vuelve a
salir. Es cosa del demonio, que os lo digo yo.
—Es como si la pared sudara sangre —añadía Matilde la Colora con un
deje de espanto en la voz, mientras se persignaba.
La madre de Mani, Paula Robles del Altozano, apellido que...
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