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Vol. 3(1), June-July 2010, 1-18
¿A qué nos referimos cuando hablamos de
“usar la lengua para aprenderla”?
Ernesto Martín Peris,
Grup de Recerca sobre aprenentatge i ensenyament de llengües
(Grael, Universitat Pompeu Fabra)
Introducción
El concepto de “aprendizaje de la lengua mediante su uso”1 , aplicado a las prácticas de aula enla
enseñanza de lenguas extranjeras (en adelante, L2) ha experimentado en los últimos años una
notable evolución, debida principalmente al desarrollo de los estudios del análisis del discurso y
de las teorías de la psicología del conocimiento y aprendizaje —el socioconstructivismo y, en su
aplicación a al aprendizaje de segundas lenguas, la teoría socioculural, tal como la proponen,
entre otros,Lantolf (2000) o van Lier (1996)—. El contenido de esta conferencia consistirá en
presentar y comentar algunas de las repercusiones que, a nuestro juicio, esta nueva —doble—
perspectiva sobre la lengua y sobre su aprendizaje comporta para las prácticas del aula.
En nuestra cultura educativa se ha concebido tradicionalmente el aula como un lugar en
el que los alumnos reciben un compendio deinformaciones que deben almacenar en sus mentes
en forma de conocimiento; para llevar a cabo las actividades propias del aula no se consideraba
que el uso del lenguaje constituyera un elemento decisivo, más allá de ser el medio principal del
que se servía el profesor en su transmisión de informaciones y de instrucciones. Es cierto que
esta concepción del aula se ha visto sustancialmente modificada, perotambién lo es que una
cierta inercia contribuye a mantener el estado de cosas anterior, al menos parcialmente. Sin
embargo, el lenguaje y la interacción, como mediadores del desarrollo del conocimiento, están
empezando a desempeñar un papel importante en los nuevos enfoques de la enseñanza.
Conviene, por tanto, explorar las formas en que el uso del lenguaje y su relación con la acción
del discentecontribuyen de manera más eficaz a ese desarrollo del conocimiento. En ese sentido,
la investigación que, mediante diversos proyectos, se está llevando a cabo en los departamentos
que organizan estas jornadas es importante y de largo alcance.
En esa tradición a la que me he referido, el aula de lenguas extranjeras constituye en
cierto modo un caso aparte, pues esta fue siempre concebida como unaespecie de palestra en la
que los alumnos ejercitan sus habilidades para desenvolverse en la L2. Desde los inicios del
Martín Peris
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Método Directo se proclamó que hablar una lengua es una habilidad y que estas se desarrollan
mediante su ejercicio, y no mediante el estudio o la observación de sus características. La
novedad de nuestra situación actual radica precisamente en una profundizacióny
enriquecimiento de los conceptos de “uso de la lengua” y de “habilidad” para llevar a cabo ese
uso.
En efecto, las interpretaciones que se han dado a ese concepto a lo largo de la historia de
la metodología de la enseñanza de segundas lenguas han sido variadas y no homogéneas. En
primer lugar, hay que señalar que, hasta la difusión de estas nuevas teorías sobre la lengua y su
aprendizaje a lasque me he referido, con el término de “uso de la lengua” se aludía
exclusivamente a la lengua objeto de aprendizaje (L2), puesto que la presencia de otras lenguas
en el aula se consideraba, más que un medio, un obstáculo para ese aprendizaje; hoy no es así, y
si se habla de usar la lengua en el aula, se incluye de forma importante y no marginal el uso de la
lengua propia (L1) de los alumnos, el deotras lenguas vehiculares que puedan suplir la ausencia
de una L1 común y, por supuesto, el uso de la lengua objeto de estudio. De hecho, se está más
próximo al concepto de “uso del lenguaje” que al de uso de una lengua determinada (lenguaje
verbal, se entiende, pero sin olvidar —y esto resulta crucial— que el lenguaje verbal se usa
siempre en combinación con otros sistemas semióticos, con otros...
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