1973
Era once de septiembre de 1973, las fuerzas armadas se tomaron el poder y el control de la republica de Chile, derrocando así el gobierno de Salvador Allende Gossens. Para esa época yono existía, ni siquiera mis padres se conocían, por lo que no puedo tener una visión testificada de los hechos. Sin embargo, la reconstrucción de la historia y el esclarecimiento de ella me hanpermitido formar una opinión absolutamente personal, sin influencia directa en el pensar de mi entorno. En este ensayo les contaré mi perspectiva, la perspectiva de una joven orgullosamente socialista yAllendista, cuyos sueños siguen y seguirán intactos sin importar las críticas.
“Campesinos, soldados, mineros, la mujer de la patria también, estudiantes, empleados y obreros cumpliremos con nuestrodeber. Sembraremos las tierras de gloria, ¡socialista será el porvenir! todos juntos seremos las historia, a cumplir a cumplir a cumplir…” En este fragmento de una de las canciones representativas de lacampaña de la Unidad Popular, veo el entusiasmo de un pueblo, un pueblo que soñaba con justicia y equidad, un pueblo que creía en las reformas estructurales que planteaba el compañero presidentemediante sus 40 medidas. Estas 40 medidas revolucionarias, propuestas por el primer presidente socialista elegido democráticamente en América Latina, fueron evidentemente perjudiciales para un grupoideológico y sobre todo económico. Un grupo cuyo aval principal eran los Estados Unidos, un País que le temía a una “segunda Cuba” y que para evitar la expansión de este supuesto cáncer marxista creó escuelasde represión y formación para las fuerzas armadas latinoamericanas. Así se formó la junta militar que conformada por Gustavo Leigh de la armada, José Toribio Merino de la marina, Cezar Mendoza generalde la policía y Augusto Pinochet Ugarte comandante en jefe del ejército Chileno dominó y aterró a nuestro país por 17 años. El proyecto del doctor Allende era claro, y determinante: Había que...
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