1Ra Parte Emilio

LIBRO QUINTO (1RA PARTE)

No es bueno que el hombre este solo, le hemos prometido una compañera y esta es Sofía.

La mujer es un hombre: los mismos órganos, las mismas necesidades y facultades, la misma construcción de la maquina, son las mismas piezas, la configuración es semejante, solo en mas y en menos entre si se diferencian.

Siempre se encuentran relaciones entre la mujer y elhombre, y siempre diferencias. Todo lo que es común en ambos pertenece a la especie, y cuando es diferente es peculiar del sexo.

En la unión de los sexos, uno debe ser activo y fuerte, débil y pasivo el otro, de precisa necesidad es q uno quiera y pueda, basta con que el otro se resista poco.

El destino especial de la mujer es agradar al hombre. Si recíprocamente debe agradarle el hombre a ella,es necesidad menos directa: el merito del varón consiste en un poder y solo por ser fuerte agrada. Esta no es ley del amor, pero es ley de la naturaleza, más antiguo que el amor mismo.

Si la mujer quiere o no satisfacer los deseos de un hombre, siempre los repele y se defiende, mas no siempre con igual fuerza, ni igual fruto.

De la constitución de los sexos es que el mas fuerte sea en laapariencia el arbitro, y en la realidad dependa del más débil, y no por el galanteo ni por una altiva generosidad de amparador, sino por una invariable ley de la naturaleza, da más facilidad a la mujer para que excite deseos, que al hombre para que los satisfaga, hace a este dependiente y le precisa a que procure recíprocamente serle agradable, para alcanzar de ella que consienta en dejarle que sea elmas fuerte. Lo que más agrada al hombre en su victoria es dudar si la flaqueza es la que cede a la fuerza, o si la voluntad la que se rinde, y la común astucia de la mujer es dejar subsistir esta duda entre el hombre y ella.

Lo físico conduce a lo moral, y de tosca unión de ambos sexos nace poco a poco las leyes del amor. El imperio no es de las mujeres porque los hombres hayan querido que asílo fuera, sino porque lo quiere así la naturaleza, y era de ellas antes de que pareciese que les pertenecía.

La mujer necesita cuidarse durante su preñez, sosiego cuando esta parida, una vida muelle y sedentaria para dar de mamar a sus hijos; para educarlos, paciencia, blandura, un celo y un cariño que con nada se fatigue; es el vínculo entre ellos y su padre, ella se los hace amar y leinspira confianza para que los llame suyos. Nada de esto debe ser virtud, todo ha de ser gusto, sin la cual se extinguiría el linaje humano.

Las obligaciones ni es ni debería de ser la misma entre hombre y mujer, esta desigualdad no es institución humana, es hija de la razón. La naturaleza fio el depósito de los hijos a la mujer, toca responder de ellos al otro. Todo marido infiel que no responde aesto es inhumano e injusto, pero la mujer infiel disuelve la familia y quebranta todos los vínculos de la naturaleza, dando al hombre hijos que de el no son.

Además de que sea fiel la mujer, también debe serlo su marido, sus parientes, todo el mundo, importa que sea modesta, atenta, recatada y que los extraños den testimonio de su virtud. Importa que el padre ame a sus hijos y que estime a lamadre de sus hijos.

Con la diferencia moral de los sexos proviene un nuevo motivo de obligación y decoro que prescribe especialmente a las mujeres de velar con mayor escrupulosidad en su conducta, modales y traza.

El hombre y la mujer en cuanto al carácter y al temperamento no deben estar constituidos del mismo modo, por ello no se les deben dar la misma educación. Siguiendo la naturalezadeben obrar acordes, pero no deben hacer las mismas cosas, el fin de sus tareas es común, mas estas son diferentes, y por consiguiente los gustos que las dirigen.

No todas las cualidades en ambos sexos las tienen ambos en igual medida, pero valuadas en la totalidad se compensan. La mujer vale más como mujer y menos como hombre; en todo aquello en que esfuerza el valor de sus derechos, le saca...