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AL APARTAMIENTO
¡Oh ya seguro puerto
de mi tan luengo error! ¡oh deseado
para reparo cierto
del grave mal pasado!
¡reposo dulce, alegre, reposado!;
-techo pajizo, adonde
jamás hizo morada el enemigo
cuidado, ni se asconde
invidia en rostro amigo,
ni voz perjura, ni mortal testigo;
-sierra que vas al cielo
altísima, y que gozas del sosiego
que no conoce el suelo,
adonde elvulgo ciego
ama el morir, ardiendo en vivo fuego:
-recíbeme en tu cumbre,
recíbeme, que huyo perseguido
la errada muchedumbre,
el trabajar perdido,
la falsa paz, el mal no merecido;
-y do está más sereno
el aire me coloca, mientras curo
los daños del veneno
que bebí mal seguro,
mientras el mancillado pecho apuro;
-mientras que poco a poco
borro de la memoria cuanto impreso
dejó allíel vivir loco
por todo su proceso
vario entre gozo vano y caso avieso.
-En ti, casi desnudo
deste corporal velo, y de la asida
costumbre roto el ñudo,
traspasaré la vida
en gozo, en paz, en luz no corrompida;
-de ti, en el mar sujeto
con lástima los ojos inclinando,
contemplaré el aprieto
del miserable bando,
que las saladas ondas va cortando:
-el uno, que surgía
alegre ya en elpuerto, salteado
de bravo soplo, guía,
apenas el navío desarmado;
-el otro en la encubierta
peña rompe la nave, que al momento
el hondo pide abierta;
al otro calma el viento;
otro en las bajas Sirtes hace asiento;
-a otros roba el claro
día, y el corazón, el aguacero;
ofrecen al avaro
Neptuno su dinero;
otro nadando huye el morir fiero.
Esfuerza, opón el pecho,
mas ¿cómo será parte unafligido
que va, el leño deshecho,
de flaca tabla asido,
contra un abismo inmenso embravecido?
-¡Ay, otra vez y ciento
otras seguro puerto deseado!
no me falte tu asiento,
y falte cuanto amado,
cuanto del ciego error es cudiciado
De pecho ssobre una torre
que la mar combate y cerca
mirando las fuertes naves
que se van a Inglaterra,
las aguas crece Belisa
llorandolágrimas tiernas,
diciendo con voces tristes
al que se aparta y la deja:
«Vete, cruel, que bien me queda
en quien vengarme de tu agravio pueda».
No quedo con solo el hierro
de tu espada y de mi afrenta,
que me queda en las entrañas
retrato del mismo Eneas,
y aunque inocente, culpado,
si los pecados se heredan;
matareme por matarle
y moriré porque muera.«Vete, cruel, que bien me queda
en quien vengarme de tu agravio pueda».
Mas quiero mudar de intento
y aguardar que salga fuera
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por si en algo te parece
matar a quien te parezca.
Mas no le quiero aguardar,
que será víbora fiera,
que rompiendo mis entrañas,
saldrá dejándome muerta.
«Vete, cruel, que bien me queda
en quien vengarme de tu agravio pueda».Así se queja Belisa
cuando la priesa se llega;
hacen señal a las naves
y todas alzan las velas.
«Aguarda, aguarda -le dice-;
fugitivo esposo, espera...
Mas, ¡ay!, en balde te llamo;
¡plega Dios que nunca vuelvas!
Vete, cruel, que bien me queda
en quien vengarme de tu agravio pueda».
Mujer de grandes arrestos
En un mundo masculino
Ahíto de desatinos
Con elgénero opuesto.
Libertad fue el patrimonio
De esta dama de excepción
Que nunca se sometió
Ni siquiera al matrimonio.
En un siglo de prejuicios
Donde la mujer fue objeto
De caprichos, mil y un vetos,
Amarguras y suplicios.
Pero su amor por el arte
Superó inconvenientes
Y fue un ejemplo viviente,
De las féminas baluarte.
Escribió libros selectos,
De corte naturalista,
Que según otros artistasResultaban ser perfectos.
Y no es gratuita la loa
Porque su pluma grandiosa
creó esa obra hermosa
Cual fue Los Pazos de Ulloa.
Y retrató allí con verismo
De los hombres el poder
Y el dolor de la mujer
Con un crudo realismo.
Y merced a esa capacidad,
Pudieron sus coetáneas
Mantenerse más cercanas
A un estatus de igualdad.
Y aunque hubo mucho trecho
Y duro por recorrer
Hay que poner en su haber...
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