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2012 Brian D’Amato

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Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin la autorización escrita de los titulares de los derechos de la propiedad intelectual.Título original: In the Courts of the Sun Traducción: Daniel Melendez Delgado, Eva González Rosales © 2009 Brian D’Amato. Reservados todos los derechos © 2009 ViaMagna 2004 S.L. Editorial ViaMagna. Reservados todos los derechos. © 2009 por la traducción Daniel Melendez Delgado, Eva González Rosales. Reservados todos los derechos.

Primera edición: Octubre 2009 ISBN: 978-84-92688-64-7 DepósitoLegal: B-37.686-2009 Impreso en España / Printed in Spain Edición Digital: Edcare (Bufeo) - Colombia Impresión: Liberduplex S.L.

Editorial ViaMagna Gran Vía de Carlos III, 84 Entresuelo 3a Barcelona, 08028 www.editorialviamagna.com email: editorial@editorialviamagna.com

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21/12/2012

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CERO
La primera cosa que vi fue un punto decolor rojo sobre un campo turquesa. Luego apareció otro punto sobre éste, a la izquierda. Un tercero surgió cerca del primero, debajo, y luego otro... cinco, nueve, trece. Los puntos brotaban y se expandían, y allí donde se tocaban, se fusionaban. Fue entonces cuando me di cuenta de que eran gotas de mi propia sangre que caían desde mi lengua hasta una hoja de papel azul para sacrificios.«Funciona», pensé. Santo Dios. No era el año 2012. Era el 664. Marzo, día 20, según el cálculo Maya, 3 Cascabel de Tierra, 5 Rana, en el undécimo uinal del undécimo tun del undécimo k’atun del décimo b’ak’tun. Eran alrededor de las 4:48 de la mañana. Me pregunté si sería como uno de esos grandes cambios en la vida. Tan sólo asumible después de pasar por una situación inesperada y algo comprometida, como, porejemplo: « ¡Dios mío, la policía me está deteniendo!», «Me han apuñalado», «Me estoy casando», «Vaya, soy padre», «Me han hecho un triple by-pass» o «Esos edificios realmente se están derrumbando». Cada vez que sufres uno de estos cambios, lo sientes como si ni a ti ni a nadie le hubiera pasado nada remotamente parecido en la vida. «Hijo de puta», pensé. Seguía mirando fijamente la pequeña puertatrapezoidal que había frente a mí. El cielo tenía un color violáceo, pero aun así podía vislumbrar más estrellas de las que nunca hubiera visto. Eran conjuntos y parches de estrellas, casi todas, como mínimo, de cuarta magnitud1. Habían cambiado, claro, pero Taro había controlado la descarga, así que la punta del cigarro del Uno Ocelote, Algenib, en Pegaso, estaba en la misma posición dentro deltrapezoide que antes, justo a la derecha del centro. Había una estrella
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Expresión astronómica que indica el grado de brillo de una estrella. 4

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nueva a la izquierda, a medio camino de Homam, y era lo suficientemente brillante como para ser Gamma Andrómeda. Deberían pasar un millar de años más o menos para que su resplandor se apagara.De otra manera, alKhawarzimile hubiera puesto nombre. «Alucinante y pasmosamente increíble —pensé—. Tenían razón. A la misma Bat-hora, en el mismo Batsitio». Bueno, no es que estuviera exactamente en el mismo sitio del universo, claro, dado que el sistema solar se mueve mucho en 1.347 años, pero sí en el mismo punto de la Tierra, en una pequeña habitación cerca de la cúspide de la pirámide más alta de la ciudad de Ix, la cualmás tarde se llamaría Alta Verapaz, en la Guatemala central. El santuario tenía una tonalidad anaranjada producto de la luz de las antorchas, y las columnas de glifos de los muros estaban pulidas y lisas, policromadas en negro, azul y carmín. La ciudad estaba en plena ebullición. Desde allí podía escuchar el gentío, o más bien podía sentir los cánticos a través de la roca. La cuestión era...