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Agosto - Diciembre 2007
Revista Nuestra América nº4
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La travesía
Luis Enrique Belmonte107
La travesía
Vendrá otra larga travesía.
Habrá que volver a imaginar espacios tan amplios
como la piel de la luz sobre las praderas.
Y andar en zancos por las ferias o en los andenes,
y cuidarse de las zancadillas y los salvoconductos.
Habrá que pasar la mano
sobre el lomo delos que yacen en las plazas,
y despedir con esa misma mano
a los que se van quedando en los zanjones.
Habrá que volver a empañar los cristales
con el hálito de quien se despereza de un dulce invierno.
Vendrá otra larga travesía.
Tendremos que preparar las alforjas
sabiendo que por el mismo camino
más nunca volveremos.
107 Luis Enrique Belmonte: (Caracas, 1971). Escritor venezolano, se licenció enMedicina en 1996, y al año siguiente
fijó su residencia en Barcelona. Se inició con Cuerpo bajo la lámpara (1998), del que destaca el desasosegante proceso de
análisis llevado a cabo, y su obra continúa en Cuando me da por caracol (1997) e Inútil registro (1999), bajo el signo de lo
neocotidiano. Es también autor de la novela Salvar a los elefantes (2007). Ha recibido diversos premios tanto en supaís como
en el extranjero y ha sido antologado en numerosos libros.
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La travesía
Tendremos que afilar las herramientas,
los colmillos, el corazón,
sin que se seque el pozo de agua clara.
Será como abrir los brazos ciegamente.
Será como ir por un oscuro barranco
y confiarse al fulgor del último cigarrillo.
Será como despertar de un largo sueño
con los ojos del horror, el nuevo día, lamaravilla.
Vendrá otra larga travesía.
Mudanzas
Es un bostezo que nos viene del muladar de las cosas.
Un vaho que asciende desde el pozo en donde abrevan
las canciones que tarareamos cuando abrimos los ojos
y el rayito nos deja un girasol palpitando en la trinchera.
Las hojas de los árboles se mueven en una sola marejada,
así como se mecen los amantes con el latido de la tarde.
Y el corazón es unvaivén, una hojarasca,
la humedad que empaña el cuero curtido
de las maletas y los zapatos, el rumor de los que danzan
en torno a los fuegos encendidos del solsticio.
Desde los precipicios del día nos viene un soplo
que nos aparta suavemente de este mundo,
como las migas caen, como las manos vuelan,
como se muda el hombre de su piel y de sus cosas.
Luis Enrique Belmonte
El polen de una regiónperdida
Miraron atrás y no encontraron nada.
Volvieron a mirar y nada había.
Sabían que no pertenecían a ningún lugar.
Una polvareda aventaba antiguas lamentaciones.
Dios los había abandonado.
Dios los había lanzado a las arenas
en donde se extravían los peregrinos.
Y continuaron andando con los ojos abiertos,
como quien entra a una caverna desconocida,
como quien mira a su amor bajo un arco dejazmines.
Iban buscando repliegues de luz
sobre las hojas y los troncos del camino.
Iban esparciendo por el mundo
el polen de una región perdida.
Para decir que hubo un reino
Andar con paso ligero, silbando entre lianas, piedras,
yerbajos que se asoman al cielo de los halcones,
zigzagueando por las rutas de los bichos
que se columpian en los matorrales.
Andar sin equipaje, sin estirpe y sin escudo,
conlos labios mojados por el vino de la despedida,
tarareando, tarareando,
siguiendo la estela de los que se fueron.
Para decir que hubo un Reino.
Para que el polvo de nuestros muertos
sea esparcido con la canción del primer día.
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La travesía
Pájaros ardiendo en pleno vuelo
Lo que se dicen los amantes después de la travesía,
los gatos y los paraguas bajo los portales,
los gorriones sobrelos cables de luz, antes de la desbandada.
Lo que se dicen los zorros en las cabinas telefónicas,
los contrabandistas en los muelles, entre canciones y licores,
los condenados cuando entregan el cuello a sus verdugos.
Lo que se dicen los niños echados sobre la yerba
al final de la tarde,
los borrachos cuando se despiden
en el callejón en donde se prolongan los abrazos,
los moribundos en los...
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