23547236 Higiene Del Asesino De Amlie Nothomb

Páginas: 171 (42748 palabras) Publicado: 17 de octubre de 2015
Amélie Nothomb

HIGIENE DEL ASESINO
Traducción de Sergio López

1

Primera edición: Mayo 1996
Titulo original: «Hygiène de l'assassinn»
© Éditions Albin Michel, S.A., 1992
© de la(, aducción: Sergio López, 1996
© de la presente edición: CIRCE Ediciones, S.A.
Diagonal, 459
08036 Barcelona
ISBN: 84-7765-120-5
Depósito legal: B. 14.177-1996
Fotocomposición gama, s.l.
Arístides Maillol, 3, 1º 1ª08028 Barcelona
Impresión: LiberGraf, s.l.
C/ Constitución, 19 08014 Barcelona
Impreso en España
Cubierta: Diseño, Gómez & López Ilustración,
© Richard Elmer

2

Cuando fue público y notorio que el grandísimo escritor Prétextat Tach
moriría en los dos próximos meses, periodistas de todo el mundo solicitaron
entrevistas privadas con el octogenario. El anciano gozaba, sin lugar a dudas, de unconsiderable prestigio; no por ello resultó menos sorprendente ver cómo acudían,
hasta el pie de la cama del novelista francófono, emisarios de periódicos tan
conocidos como Los Rumores de Nankin (que nos hemos tomado la libertad de
traducir) y The Bangladesh Observer. De este modo, dos meses antes de su
fallecimiento, el señor Tach tuvo la oportunidad de hacerse una idea de la amplitud
de su fama.
Susecretario se encargó de realizar una drástica selección entre los
solicitantes: descartó todos los periódicos en lengua extranjera, ya que el moribundo
sólo hablaba francés y no se fiaba de ningún intérprete; rechazó a los reporteros de
color debido a que, con la edad, el escritor había empezado a adoptar puntos de
vista racistas que no se correspondían con sus opiniones profundas -avergonzados,
losespecialistas tachtianos lo interpretaban como la expresión de un deseo senil de
escandalizar-; por último, el secretario disuadió educadamente a los solicitantes de
las cadenas de televisión, revistas femeninas, periódicos considerados
excesivamente políticos y, sobre todo, publicaciones médicas que hubieran querido
saber de qué modo había contraído el gran hombre un cáncer tan raro.
No sinorgullo, el señor Tach recibió la noticia de que padecía el temible
síndrome de Elzenveiverplatz, conocido vulgarmente como «cáncer de los
cartílagos», que el sabio epónimo había diagnosticado en el siglo XIX, en Cayenne,
en una decena de presidiarios encarcelados por violencia sexual seguida de
homicidio y que, desde entonces, nunca más había sido detectado. Recibió aquel
diagnóstico como un honorinesperado: con su físico de obeso imberbe que, salvo la
voz, lo tenía todo de un eunuco, temía morir a causa de una estúpida enfermedad
cardiovascular. Al redactar su epitafio, no olvidó mencionar el nombre sublime del
médico teutón gracias al cual iba a fallecer elegantemente.
A decir verdad, que aquel sedentario adiposo hubiera sobrevivido hasta la
edad de ochenta y tres años llenaba deperplejidad a la medicina moderna. El
hombre estaba tan gordo que, desde hacía años, confesaba ser incapaz de andar;
había mandado a freír espárragos los consejos de los dietistas y se alimentaba de
un modo abominable. Por si eso fuera poco, no dejaba de fumarse sus veinte puros
diarios. Pero bebía con gran moderación y practicaba la castidad desde tiempos
inmemoriales: los médicos no encontraban otraexplicación para justificar el buen
funcionamiento de su corazón ahogado por la grasa. Su supervivencia resultaba tan
misteriosa como el origen del síndrome que iba a ponerle fin.
No hubo ni un sólo órgano de prensa del mundo que no se escandalizara por
la mediatización de aquella próxima muerte. Las secciones de cartas de los lectores
se hicieron eco de estas autocríticas con amplitud. Los reportajesde los pocos
periodistas seleccionados despertaron, precisamente por ello, más expectación
todavía, conforme a las leyes de información moderna.
Los biógrafos se mantenían atentos. Los editores preparaban sus baterías.
También hubo, claro está, algunos intelectuales que se preguntaron si aquel éxito
prodigioso no era sobrevalorado: ¿había sido realmente Tach un innovador? ¿O tan
sólo era el...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • Higiene de un asesino
  • Amélie Nothomb
  • El asesino
  • Asesinos
  • Asesino
  • asesino
  • asesino
  • el ño asesino

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS