24 de julio de 1911
En abril de 2010, David Crespy, un ingeniero francés afincado en Barcelona, realizó una visitaturística a Machu Picchu. Las intensas lluvias que se registraron ese año colapsaron las vías de acceso y le obligaron a permanecer tres días en la ciudad inca. «Tuve bastante tiempo para recorrerla. Elsegundo día me llamó mucho la atención un detalle que observé en uno de los edificios, una clara discontinuidad en la fachada del mismo. Parecía una puerta que había sido tapada», explica David Crespya Historia National Geographic. «Entre otras cosas, me extrañó que la función de aquel imponente edificio se localizara únicamente en su parte superior [una terraza a la que pueden acceder losturistas]. Me fijé también en la disposición de unas rocas de gran tamaño que parecían enmarcar una entrada y en las piedras de relleno situadas detrás de la primera línea de piedras talladas, que bloqueabanla entrada, y que daban la impresión de haber sido colocadas con rapidez y sin el orden tradicional que rige en todas las construcciones de Machu Picchu», añade. A continuación se puso en contacto...
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