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Te quedaste callado. Tal vez no puedo reprocharte que no hayas podido decirme palabras de amor que sonarían mejor cuando las analizara a mitad de la noche con unamanta vieja y un perfume que lentamente se va quitando de mi ropa , pero sí puedo reprocharte que no lucharas porque me quedara aunque sea escuchándote en el silencio, yasabes, ese momento en que no dices nada pero me lanzas esa mirada que me deja saber que esto no es un punto final, sino puntos suspensivos.
Y no sé qué hago reprochándotepor todos lados, y disculpa si estás hastiado de esta actitud tan mía de ponerlo todo mal cuando las cosas están bien, de cambiar de estado de humor tan rápido como deopinión, y de estar jugando a mi juego favorito de invitarte a estar en mi vida para siempre. Pero lo cierto es que esperaba que dijeras: "quédate"; porque sabes, miamor, que sólo necesito de eso para permanecer contigo toda una vida y el tiempo que pueda seguirle.

Y empezó a detestarlo de verdad, lentamente. Por cada mensaje quedebió haber sido enviado y se pospuso, por cada "te quiero" que no fue contestado mientras un corazón, expectante, buscaba un poco de amor.
Y ella lloró, por supuesto quelo hizo. No como la solución a nada, sino como la necesidad de disipar sus demonios, porque sabía muy bien que todos se relacionaban con él.
Pero mientras sufría, unavoz le susurraba que todo estaría bien. Porque si fuera amor verdadero no odiaría nada de él. El que estuvieran doliendo sus defectos sólo significaba que se habíatopado con otra versión de amor que no era la que ella debía encontrar.
Y siguió su camino. Tal vez un poco más rota, desconfiada y dolida, pero al menos seguía de pie.