35 KILOS D ESPOIR COMPLETO

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Odio la escuela.
La odio más que a nada en el mundo.
Y aún más que eso…
Pudre mi vida.
Hasta la edad de tres años, puedo decir que yo era feliz. Realmente no me acuerdo, pero, en mi opinión, estaba bien. Jugué, vi mi cinta del pequeño oso marrón diez veces, dibujé y me inventé mil millones de aventuras para mi perro de peluche Grodoudou que me encantó.

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Mi madre me contó que mequedaba durante horas en mi habitación de cháchara y hablando consigo mismo. Por tanto, concluyo que era feliz.
En ese momento de mi vida, me encantó todo el mundo, y yo creía que a todo el mundo le encantaba. Y entonces, cuando yo tenía tres años y cinco meses, ¡bum! escuela.
Parece que en la mañana fui muy feliz. Mis padres tuvieron que bañarse con que durante todos los días de fiesta, "Tienessuerte de cariño, te vas a la escuela grande..." "Mira este nuevo y hermoso mochila de marca Esta es ir a su hermosa escuela!” Y gnagnagna... Parece que no lloré.

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(Soy curioso, creo que yo quería ver los juguetes que tenían como Lego...)
Parece que me fascinó la hora del almuerzo, comí bien y volví a mi habitación para decirle a mi maravillosa mañana Grodoudou.
Bueno, si lo hubiera sabido,habría saboreado estos últimos minutos de felicidad, porque es lo correcto después de que mi vida haya descarrilado.
-Vuelve, dijo mi madre.
-¿Dónde?
-Pues... ¡a la escuela!
-No.
-¿No qué?
-No voy a entrar
-Ah... ¿y por qué?

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Porque eso es todo, vi lo que era, y no me interesa. Tengo un montón de cosas en mi habitación. Le dije a Grodoudou que le construiría una máquina especial que leayudara a encontrar todos los huesos enterrados debajo de mi cama, así que no tengo tiempo para ir.
Mi madre se arrodilló, y yo negué con la cabeza.
Ella insistió, y me puse a llorar.
Ella me levantó y yo comencé a gritar.
Y ella me dio una bofetada.
Era la primera vez de mi vida.
He aquí.
Eso era, la escuela.
Fue el comienzo de la pesadilla.

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Esta historia, la escuché a mis padres contar unmillón de veces. A sus amigos, a las maestras, a los maestros, psicólogos, logopedas y al orientador. Y cada vez que la escucho, me recuerda que yo nunca debería haber construido un detector de hueso tiene Grodoudou.
Ahora tengo trece años y estoy en sexto lugar. Sí, lo sé, hay algo mal. Yo te digo ahora mismo, no vale la pena contar con los dedos. Repetí dos veces CE2 y sexto.
La escuela siempre esel drama en casa, se puede imaginar... Mi madre lloraba y mi padre me regañaba, o es lo contrario, es mi madre me grita y mi padre no dijo nada.

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A mí, me entristece verlos así, pero ¿qué puedo hacer? Nada. No puedo decir nada porque si abro la boca, es peor que nada. Ellos, se encuentran con un parloteo:
¡Trabajo!
¡Trabajo! ¡Trabajo! ¡Trabajo!
¡Trabajo!
Está bien, lo entiendo. Nosoy completamente idiota, de todos modos. Me gustaría trabajar bien; pero el problema es que no se puede. Todo lo que sucede en la escuela, es como si fuera chino para mí. Entra por un oído y sale por el otro. Me llevó a ver miles de millones de médicos

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para los ojos, para las orejas y para el propio cerebro. Y la conclusión de todo el tiempo perdido, es que tengo un problema deconcentración. ¡Qué hablas! Sé muy bien lo que tengo, me acaba de preguntar. No tengo ningún problema. No tengo ninguno. Es sólo que no me interesa.
No me interesa. Fin de la historia.
Yo estaba feliz de un año en la escuela, estaba en jardín de la infancia con una maestra llamada María. Ella, yo nunca olvidaré.
Mirando hacia atrás, creo que María se convirtió en maestra sólo para seguir haciendo lo queamaba en la vida, es decir, jugar, crear y hacer las cosas. Inmediatamente me encantó.
En la primera mañana del primer día.

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Llevaba la ropa que había cosido ella misma, tejía suéteres y joyas que había inventado. No fue un día sin llevar algo para la casa: un papel maché erizo, un gato con una botella de leche, un ratón en una cáscara de nuez, teléfonos, dibujos, pinturas, collages... Era...