4 La Guerra De Los Cielos Fernando Trujillo Y Cesar García

Páginas: 773 (193183 palabras) Publicado: 17 de febrero de 2016
LA GUERRA DE LOS CIELOS
VOLUMEN 4
Fernando Trujillo Sanz
César García Muñoz

CAPÍTULO 1

—Fue el calor del Infierno lo que nos azotó hace unos días. Surge de las mismísimas entrañas
de la Tierra, de sus imperecederas llamas y las almas que sufren en ellas su eterna agonía. Vosotros,
ingenuos pecadores, os alegrabais de que no hiciera frío, pero pronto lamentaréis vuestra osadía. Os
encamináisdirectamente hacia el fuego del Diablo en…
—Cállese, padre —le interrumpió un soldado echando un leño en la hoguera—. No me gusta
pegar a un cura, pero si continúa con ese sermón… Y usted, señor, acérquese al fuego, por el amor
de Dios. Vosotros, dejadle sitio, más cerca, en primera línea. ¡Lleva a un niño en brazos!
—Gracias —titubeó Robbie Fenton caminando por el estrecho pasillo que abrieron laspersonas
que se arremolinaban alrededor del fuego—. Solo quería un poco de calor para él —dijo señalando
a la criatura—. Se lo agradezco mucho.
—Siéntate en esta tabla de madera —le ofreció un hombretón completamente redondo—. Así no
se te helará el culo. Hay sitio para los dos, vamos. ¿Alguien tiene una manta para el chico?
Estupendo, y aguardiente para este buen hombre, que no se diga que nosomos considerados.
—Desde luego, pero que sea para él, que tú ya te has bebido tres vasos.
—Porque tengo más cuerpo que calentar —dijo el hombretón dando un trago de la botella.
Luego llenó un vaso mugriento y se lo tendió a Robbie—. No hay nada mejor contra el frío, te lo
aseguro. Y ahora, si no es molestia, señor soldado del ejército, me gustaría saber por qué has
mandado callar al cura. ¿Acasono tiene derecho a expresar su opinión? ¿O te da miedo que tenga
razón y vayamos a arder todos en el Infierno?
—A mí todo eso me da lo mismo. —El soldado se encogió de hombros y miró con evidente
deseo la botella de aguardiente—. Mi deber es mantener el orden. Mientras la gente no se altere,
puede discutir todas las profecías que le dé la gana.
—Como si los soldados estuvieran inmunizados contra elmiedo, ¿no? —habló un tipo con
aspecto de mendigo—. Solo cumplís órdenes. ¡Ja! Ya he oído eso antes.
—¿Tú crees al cura? —preguntó el hombretón.
—Ni loco, pero no me trago la falsa postura de los militares, diciendo que aquí no ocurre nada.
Hay demonios y todos lo sabemos, pero nos lo ocultan a propósito. Dirán que es por nuestro bien,
para que no cunda el pánico y todas esas gilipolleces. ¡Seestán riendo de nosotros! ¡Tenemos
derecho a saber a dónde nos llevan!
Robbie vio gestos de aprobación entre varios de los presentes. El aguardiente, o lo que quiera
que fuese aquel brebaje, quemaba, descendía por su esófago como fuego líquido. Resopló y tosió
varias veces como reacción al alcohol. Luego arropó mejor a su hijo con la manta que le habían
dado. Bebió otro trago.
—Bien hecho. Enseguidaentrarás en calor —aplaudió el hombretón a su lado. Y dirigiéndose al
grupo entero, añadió—: Pues a mí sí me gustaría escuchar al cura. Sus palabras coinciden
sospechosamente con lo que está pasando. ¿Cuándo fue la última vez que sentimos calor a la
intemperie? Joder, yo ni me acuerdo de lo que son los pantalones cortos. ¿Y qué me decís de la
semana pasada? Me quité el abrigo aquí mismo, en mitadde… ¿dónde estamos? Bueno, da igual, en

mitad de este descampado o lo que sea.
—Estamos en una autopista —le corrigió el mendigo—. No se ve por la nieve, que por cierto no
llegó a derretirse con esa misteriosa ola de calor, así que tampoco fue para tanto. Ahora nos estamos
congelando de nuevo, ¿o no?
—Pero el calor viene del fuego, a menos que creas que alguien ha conectado una estufa gigante,así que el cura lleva razón. Vamos hacia las llamas y, después de haber visto a los demonios, bien
podrían ser las del Infierno.
—Claro, claro, o sea que vamos hacia el Infierno —se burló el mendigo—. Entonces, dime,
¿por qué nos sigue el cura? No seamos más tontos de lo habitual, que no es poco. Eso de ahí delante
es Londres. Desde aquí se ven los edificios. Nunca me gustó esa asquerosa ciudad...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Estos documentos también te pueden resultar útiles

  • 2 La Guerra De Los Cielos Fernando Trujillo Y Cesar García
  • 3 La Guerra De Los Cielos Fernando Trujillo Y Cesar García
  • Fernando Trujillo Sanz
  • Plan de desarrollo cesar trujillo
  • Cesar Trujillo Foro EU
  • CESAR GAVIRIA TRUJILLO
  • Cielo abajo- Fernando Marías
  • Trujillo En La Guerra Con Chile

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS