4 SANCHEZ PEREZ 2008 El diablo de la ficci n
The devil of the fiction. An ethnographic short story
Francisco SÁNCHEZ PÉREZ
Departamento de Sociología IV. Universidad Complutense de Madrid
frsanche@cps.ucm.es
Recibido: 12 de noviembre de 2007
Aceptado: 25 de noviembre de 2007
Resumen
Este trabajo aborda el tema de la ficción como problema epistemológico del conocimiento
antropológico. Para ello,su autor prescinde del género del ensayo, en tanto que forma de
expresión canónicamente aceptada por la disciplina académica, y nos ofrece un cuento cuyo
argumento trata, a su vez, de la ficción como parte del proceso de escritura del relato
etnográfico.
Palabras clave: ficción, realismo, imaginación, ortodoxia, creación, estrategia narrativa,
representación, novela antropológica.
Abstract
Thispaper takes up the theme of fiction as an epistemological problem of anthropological
knowledge. To do so, the author doesn’t use the essay, a means of expression that is
canonically accepted in the discipline of anthropology, but he offers us a short story, the
argument of which suggests, in turn, that fiction is a part of the process of writing the
ethnographic text.
Key words: fiction, realism,imagination, orthodoxy, creation, strategy of narrative,
representation, anthropological novel.
Cuando salí del poblado de la selva peruana donde había pasado un año de
trabajo de campo, me había dado un plazo de seis meses para elaborar el material
producido y esbozar un primer borrador de mi tesis doctoral sobre mitología
amazónica; después, regresaría de nuevo a la selva para atar in situ losúltimos
cabos sueltos antes de redactar el texto definitivo de la tesis y su posterior defensa
ante el correspondiente tribunal. Las cosas, sin embargo, no ocurrieron como yo
1
Dedicado a María Cátedra, por su generosa y fértil labor de comadrona antropológica.
Revista de Antropología Social
2008, 17 249-272
249
ISSN: 1131-558X
Francisco Sánchez Pérez
El diablo de la ficción. Cuentoetnográfico
había previsto. Tras un par de meses dedicado a organizar el contenido de los
cuadernos de campo y elaborar fichas y esquemas, me dispuse a la tediosa tarea
de transcribir las más de doscientas entrevistas grabadas en cintas
magnetofónicas. Duró poco. El mosqueo inicial por la excesiva demora en
empezar a escuchar mi voz con la primera pregunta se tornó rápidamente en
cabreo al ver que no salíasonido alguno de la cinta; y el cabreo devino en uno de
los mayores disgustos de mi vida cuando, con el corazón a punto de reventarme
el pecho y el sudor empapando mis manos temblorosas, fui comprobando, una
tras otra, la absoluta mudez de las casetes. Consternado, dediqué un buen rato a
las correspondientes imprecaciones contra la tecnología y acto seguido me quedé
paralizado sin saber cómoproceder ante semejante fiasco. De pronto, me
encontraba con un marco teórico de una complejidad y rigor cercanos a los que
debió tener el que utilizó Dios para crear el mundo; había realizado un impecable
trabajo de campo etnográfico de un canónico año de duración, penalidades
incluidas; tenía una ingente cantidad de anotaciones, descripciones, registros y
esquemas; y mi sistema intelectivo yemocional estaban impregnados de la
experiencia de vida cotidiana en la selva. Y ahora resultaba que, ya fuera por
alguna funesta jugada de la razón física -¿los arcos magnéticos de seguridad de
los aeropuertos?- o de la razón mágica -¿la maliciosa intervención de los diablos
de la selva que habían formado parte de mi estudio sobre mitología amazónica?-,
el drama cierto era que las voces de misinformantes se habían esfumado.
Estaban, pero no en forma de ondas magnéticas, sino como una barahúnda de
palabras que se aturullaban en mi memoria.
¿Qué podía hacer, repetir el trabajo de campo?; imposible. Cada vez que en
mi cabeza surgía tal insinuación, de inmediato aparecía Heráclito para
recordarme que no podía bañarme dos veces en el mismo río. Y lo que era
aún peor: ¿cómo iba a plantear...
Regístrate para leer el documento completo.