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Álvaro GALMÉS DE FUENTES
En estrecha relación con Las mil y una noches, existe un cuento árabe, que Chauvin
titula La fianza divina, y que el propio Chauvin resume así:
Un comerciante de Bagdad, despojado en la India por unos ladrones,
obtiene un préstamo de mil cequíes, ofreciendo al prestamista a Dios como
fianza. Enriquecido en Ormús, pero no pudiendo,dada la época, volver al lugar
en donde reside su acreedor para devolverle el dinero en el tiempo establecido,
encierra la suma debida en una caja de madera que arroja al mar con las señas
de su acreedor, rogando a Dios que la haga llegar a su destino. Y, en efecto, el
acreedor, paseándose en una chalupa por la costa, encuentra la caja de madera
con la cantidad debida. El deudor, que acude mástarde al país del prestamista,
para acusar el recibo, observa con alegría que Dios ha atendido su oración.1
Tal es el cuentecillo árabe, que reproduce, en todos sus detalles, Berceo en el nº 23 de
sus Milagros de Nuestra Señora.2 Efectivamente, había un mercader de Constantinopla que
tenía gran hacienda:
626
Enna cibdat que es
... ... ... ...
avié ý un bon omne
de Costantin nomnada,
... ... ......
de fazienda granada
Pero empobrecido el mercader, acude a Dios, de quien recibe un buen consejo,
encaminándole a un judío prestamista:
631
Entendiéngelo todos
non trovava mudado
era en gran porfazo
tenié que lo passado
que era empobrido,
nin aver encreído;
el bon omne caído,
todo era perdido
632
El varón con gran quessa
facié su oración
Señor, que un Dios eres
Sea tu pïadat
fo ante losaltares
entre los paladares:
e trres personas pares,
e non me desampares.
1
VICTOR CHAUVIN, Bibliographie des ouvrages arabes, vol. V, pp. 216-217.
2
Utilizo aquí la edición de los Milagros de Nuestra Señora de Fernando Baños, “Biblioteca Clásica”, editorial
Crítica, Barcelona, 1997.
Anaquel de Estudios Árabes
2003, 14 109-117
109
ISSN: 1130-3964
Álvaro Galmés de Fuentes
Un cuento árabey un milagro de Berceo
635
Domientre que orava
ovo un buen consejo
non vino por su seso,
el que el mundo todo
quísoli Dios prestar,
el burgués a asmar;
mas quísolo guiar
ave de governar.
636
Un judío bien rico
non avié d’él más rico
asmó ir a elli
demandarli consejo
avié enna cibdat,
en esa vezindat;
entre su voluntat
por Dios e caridat.
El mercader pide al judío un préstamo, a lo queéste responde:
641
Díssoli el judío:
dart é cuanto quisieres
mas dame fiador
si non, pavor avría
“Ferlo é de buen grado,
de mi aver prestado,
que sea segurado;
de seer engañado”.
Igual que en el cuentecillo árabe, el mercader ofrece a Dios como fiador:
642
Díssoli el cristiano,
“Don fulán, non te puedo
mas daréte a Cristo,
fijo de la Gloriosa,
fablóli a savor:
dar otro fiador,
Mi Dios e miSeñor,
del mundo Salvador”.
Alejado en tierras extrañas, se le echa encima el plazo establecido, sin que pueda acudir a
satisfacer su deuda:
661
Fo a tierras estrañas,
con grandes mercaduras
con Dios e la Gloriosa
pujó en grand riqueza
a Flandes e a Francia,
e fizo grand ganacia;
creció la su substancia,
e en grand alavancia.
662
Con las grandes facienda
e era de la tierra
non recudió al términopor sus graves pecados
que era facendado
ferament alongado,
que ovo asentado;
aviélo oblidado.
663
Cerca vinié el día
más de un día solo
óvose el burgués
que avié a pagar,
non avré a passar,
del pleit a remembrar.
De nuevo acude a Dios, y decide, como en el cuento árabe, arrojar los dineros al mar:
666
Anaquel de Estudios Árabes
2003, 14 109-117
Priso el aver todo
-non fallié de la suma110
en un saco atado
un pujés foradado-
Álvaro Galmés de Fuentes
Un cuento árabe y un milagro de Berceo
levólo a la isla
echólo en las ondas
en sus cuestras troxado,
do non avié nul vado.
Y el mercader encomienda a Dios el destino de la deuda:
668
“Señor, cuando non puedo
ca nos yace en medio
Señor, que eres dicho
Tú pon esta pecunia
yo pagar al marquero,
mucho vravo sendero,
Salvador...
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