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En el caso de la bulimia

En el caso de la bulimia nos damos atracones una y otra vez, acompañados del temor a engordar. El motivo del atracón suele ser el hambre cuando tenemos un peso inferior alque nos corresponde o nos estamos alimentando con una dieta restrictiva. Con el tiempo, el atracón lo usamos como recurso para aliviar el malestar emocional ante el aburrimiento, la depresión, laansiedad, el enfado.

A la vez, pensamos constantemente en la comida y nos preocupa el haber traicionado la aspiración de peso ideal. Después del atracón, sentimos culpa y nos atormentamos por lasensación de pérdida de control y aplicamos algún método de purga como el vómito, los diuréticos o los laxantes. La paradoja es que el ciclo de hacer una dieta, atracarse, purgarse, muy lejos de solucionarel problema, contribuye a perpetuarlo. Poco a poco, vamos perdiendo cada vez más el control, hasta tal punto que debemos vomitar cada vez que comemos. En la medida en que todo esto transcurre enforma secreta y es una práctica de la cual nos sentimos avergonzadas, se va generalizando una sensación de malestar e inquietud.

Con el tiempo, el atracón y los métodos de purga son la respuesta aldesasosiego o al malestar. Al producir pérdida de peso y hambre, rompemos el circuito natural de hambre-comida-saciedad, desencadenando un nuevo atracón y así sucesivamente.
Los atracones los vivimoscomo ajenos y repugnantes, pero nos sentimos incapaces de controlarlos. Nuestra vida esto inundado de vergüenza, culpa y tretas para poder continuar con las prácticas secretas que sentimos que nopodemos evitar.

Todos estos son factores que posibilitan y contribuyen al mantenimiento de estos trastornos: la dieta; la propia purga; lo reducción progresiva de las relaciones sociales; el medio socialque valora la delgadez y que influye de manera más intensa al estar más receptivas a estos mensajes; la atención tanto positiva como negativa que se recibe de familiares y amistades, la propia...