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CONCEPTOS EN TORNO A LA CIENCIA
Autores Varios, en Reyes, R. (1988): Terminología CientíficoSocial. Barcelona:
Anthropos
CIENCIA
(Agustín García Calvo)
Se aplica el nombre propiamente a las ciencias que tratan de la Realidad (véase
Realidad). Los tratados científicos se titulaban entre los antiguos
Periphyseos
, lo que, anacrónicamente, pero con correspondencia bastante exacta, puede traducirse
De la
Realidad
. Y así es que Ciencia por antonomasia es la Física, y las otras ciencias que
versan sobre aspectos de la Realidad, físicos o sociales, pueden considerarse como
ramas de la Física más o menos incorporadas, lo cual en el progreso se señala por la adopción más o menos íntima de un lenguaje matemático.
Esto excluye de la denominación de «ciencia» a la Matemática, que no pretende, ni
como Aritmética ni como Geometría, referirse a una realidad exterior a su lenguaje, una
Aritmética o Cálculo cualquiera en cuanto que toma los cuantificadores «en el vacío»,
como sus objetos, una Geometría en cuanto que los objetos que usa son los significados
de los nombres de su lenguaje, sin necesidad de denotación real alguna; y sólo por
motivación externa entra la Matemática como lenguaje al servicio de la Física. Excluye
también esto a la Gramática (no otros estudios lingüísticos: véase Lenguaje), que no
toma el lenguaje como realidad, sino que es ella lenguaje recobrando conciencia de sí mismo (y es claro que una Lógica, en la medida que pudiera no ser ni matemática ni
gramática, no entraría tampoco bajo el título de «ciencia»); y excluye asimismo una
actividad como la del psicoanálisis, que es también descubrimiento de algo antes sabido,
y no saber de nada ajeno al sujeto del saber. En cuanto a «Filosofía», es sólo un viejo
nombre que hasta el s. XVIII se usaba para designar la Ciencia en general. Al establecer
el nombre de «ciencia» (al par que las Ciencias se desarrollaban), el de «Filosofía»
quedó en una situación vaga, usándose ora para aludir a una ciencia genérica de la
Realidad, ora para intentar agrupar algunas disciplinas lógicas y psicológicas y, en
último término, quedó desplazado de su papel de Ciencia de las Ciencias; por eso que
hoy prefiere llamarse Epistemología, y ha quedado entregado, por un lado, a la mera
Pedagogía (en contra de la tradición antigua, que separaba de una parte Ciencia, e.e.
Filosofía, y de otra Letras o Humanidades), y por otro lado, a los usos de políticos o empresarios, que hablan de la filosofía de un plan ministerial o de una gestión
comercial, queriendo decir la doctrina o convicciones que, según ellos, sostienen o
dirigen la empresa de que se trate.
Esa condición de la Ciencia, de versar sobre la Realidad, implica lógicamente que la
Ciencia no puede reconocerse a sí misma como lenguaje; y de hecho notamos que
ninguna Física, u otro estudio con pretensiones de científico, empezaría definiéndose a
sí mismo como un caso de lenguaje: es evidentemente un caso de lenguaje, pues que no
sólo sus doctrinas, demostraciones, cálculos, libros o lecciones de enseñanza, son una
clase de usos lingüísticos, sino que hasta las experimentaciones científicas no tienen sentido alguno más que enhebradas en un discurso, razonamiento o cálculo (a la manera
que, en la vida vulgar, señas como una luz roja de semáforo o una puerta entornada se
incorporan a la corriente del lenguaje en el mismo momento en que quieren decir algo);
pero, siendo ello así, es indispensable que la ciencia no se reconozca ella ...
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