5 POEMAS 4 ESTROFAS
SOBRE EL CIELO VERDE... DE FEDERICO GARCÍA LORCA
Sobre el cielo verde,
un lucero verde
¡¿qué ha de hacer, amor,
¡ay! sino perderse
Las torres fundidas
con la niebla fría,
¿cómo han de mirarnos
con sus ventanitas?
Cien luceros verdes
sobre un cielo verde,
no ven a cien torres
blancas, en la nieve.
Y esta angustia mía
para hacerla viva,
he de decorarla
con rojas sonrisas.SONETO DE RAFAEL DE LEON
Bebiendome la dulce primavera
me sorprendió la tarde junto al río
y pude contemplar a mi albedrío
el idilio del agua y la palmera
Ma zambullí desnudo en la pecera
buscando un corazón igual que el mío,
y no encontré ni un faro ni un navío
que me hiciera señales de bandera
La noche iba saltando por la orilla
y puso en mi cabeza despeinada
el filo verde-azul de sucuchilla
Más cuando ya se ahogaba mi fortuna
quiso el viento mandarle a mi jugada
el blanco salvavidas de la luna
ALAMEDA DE RAFAEL DE LEÓN
Anudo alameda.
Anudo los cordeles
de la tarde. Paseo.
El naranjo apresura
su aroma hacia algún sitio
Apenas hay ya sombras
con que tropiece el paso:
en los céspedes pierden
tu profusión los filos.
Nadie va por la acera
del ocaso. Hacia elmuelle,
las fachadas persisten
débilmente en el agua
Con la tarde estoy solo,
me vienen a la boca
largas palabras tristes,
y te hecho de menos.
MEMENTO DE FEDERICO GARCÍA LORCA
Cuando yo me muera
enterradme con mi guitarra
bajo la arena
Cuando yo me muera
entre los naranjos
y la hierbabuena
Cuando yo me muera
enterradme, si queréis,
en una veleta
¡Cuando yo me muera! PRELUDIO DE FEDERICO GARCÍA LORCA
Las alamedas se van,
pero dejan sus reflejos.
Las alamedas se van,
pero nos dejan el viento.
Pero han dejado flotando,
sobre los ríos, sus ecos.
El mundo de las luciérnagas
ha invadido mis recuerdos.
5 FRAGMENTOS DE NOVELAS MEXICANAS
Primero Sueño Sor Juana Inés de la Cruz: Mas como al que ha usurpado diuturna obscuridad de los objetos visibles los colores sisúbitos les asaltan resplandores, con la sombra de luz queda más ciego: que el exceso contrarios hace efectos en la torpe potencia, que la lumbre del sol admitir luego no puede por la falta de costumbre; y a la tiniebla misma que antes era tenebroso a la vista impedimento, de los agravios de la luz apela y una vez y otra con la mano cela de los débiles ojos deslumbrados los rayos vacilantes,sirviendo va piadosa medianera la sombra de instrumento para que recobrados por grados se habiliten, porque después constantes su operación más firme ejerciten. Recurso natural, innata ciencia que confirmada ya de la experiencia, maestro quizá mudo, retórico ejemplar inducir pudo a uno y otro galeno para que del mortífero veneno, en bien proporcionadas cantidades, escrupulosamente regulando las ocultasnocivas cualidades, ya por sobrado exceso de cálidas o frías, o ya por ignoradas simpatías o antipatías con que van obrando las causas naturales su progreso, a la admiración dando, suspendida, efecto cierto en causa no sabida, con prolijo desvelo y remirada, empírica atención examinada en la bruta experiencia, por menos peligrosa la confección hicieron provechosa, último afán de la apolíneaciencia de admirable triaca ¡que así del mal el bien tal vez se saca! No de otra suerte el alma que, asombrada de la vista quedó de objeto tanto, la atención recogió, que derramada en diversidad tanta, aun no sabía recobrarse así misma del espanto que portentoso había su discurso clamado, permitiéndole apenas de un concepto confuso el informe embrión que mal formado inordinado caos retrataba deconfusas especies que abrazaba, sin orden avenidas, sin orden separadas que cuanto más se implican combinadas tanto más se disuelven desunidas
Juan Rulfo
PEDRO PÁRAMO
Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría, pues ella estaba por morirse y yo...
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