50 Anos
La niñez se fue y me dejó unenorme baúl de recuerdos. Llegó la adolescencia y como todos tuve que construir los esbozos del camino que seguiría en mi vida. No sabía exactamente que quería pero si supe, y pronto, lo que no queríapara mí. Siguieron los estudios universitarios y ahí abandoné la adolescencia, entré en la etapa más fructífera hasta entonces. Enfrenté nuevos retos y las exigencias fueron mayores no solo de mismaestros sino de mis compañeros, que aunque con capacidades y fortalezas diferentes buscamos estar a la par de lo que la vida universitaria exigía. Fueron los tiempos que abrazamos las causas de lasociedad e hicimos oír nuestra voz para expresar no solo nuestras inconformidades sino también de la sociedad que nos cobijaba. Sin embargo, cuatro o cinco años de carrera se fueron pronto y como en unparto violento fuimos expulsados abruptamente para ser una pieza más de la parte productiva de la sociedad.
En la confusión, decidí darle vida a mis sueños y sin darles tiempo a mis padres dereaccionar, deje la casa paterna para siempre. Volví ocasionalmente más como visita que como integrante permanente de la familia, en un principio los recibimientos fueron cálidos y llenos de lágrimas ybendiciones de mi madre cuando me volvía a ir, pero con el tiempo las visitas se fueron espaciando y las despedidas eran casi de rutina. Mi lugar ya no estaba ahí aunque aún no sabía dónde estaba el mío....
Regístrate para leer el documento completo.