565+ighhhhhh
En esta nueva etapa “arqueólogo y arquitecto cruzan sus vistas, elarqueólogo la eleva al edificio considerándolo también objeto de su estudio, y el arquitecto la baja al yacimiento pretendiendo ver en él las raíces de la `arquitectura perdida´ “ (Caballero, 1997: 459). Esta perspectiva de aproximación a la investigación de las edificaciones significa la posibilidad de hacer una “lectura ar- queológica” de las mismas. Se entiende así que los edificios pueden servistos como objetos de estudio de la arqueología, de manera que edificio y subsuelo forman una unidad que debe ser entendida integralmente.
Esta manera de entender las edificaciones conduce a comprenderlas como un conjunto de múltiples contextos, que el arqueólogo debe discernir y establecer sus relaciones, para lo cual es fundamental la preservación de la información histórica que el edificioposee, la cual se manifiesta en un horizonte espacial, un horizonte temporal y un horizonte social o de uso (Caballero, 1997: 459-460).
Estas formas yuxtapuestas de relacionarse la arqueología con disciplinas como la restauración de edificaciones tienen relación en América con lo que ha sido la tradición disciplinar. En efecto, la arqueología practicada en sitios o monumentos históricos, bien seadentro de planes de restauración o con objetivos exclusivamente de investigación, adquirió importancia en nuestro continente a mediados del siglo XX (Juárez, 1989: 12). El auge de este tipo de arqueología se produjo fundamentalmente en norteamérica y tiene varias vertientes que lo explican: los planes de salvamento arqueológico que se desarrollaron en la postguerra; la aprobación de leyesrelacionadas con la preservación de la herencia cultural y el surgimiento de nuevas tendencias teóricas que propiciaron la investigación arqueológica en sitios que representan eventos, momentos o etapas históricas a partir de la conquista europea.
Luego de la Segunda Guerra Mundial se desarrollaron en los Estados Unidos importantes obras de utilidad pública que significabanla destrucción de numerososyacimientos arqueológicos.
A fin de compensar este impacto se implementaron programas de salvamento arqueológico en las áreas de construcción de represas y de carreteras interestatales. Estos programas eran coordinados por el Instituto Smithsoniano y por el Servicio Nacional de Parques. No obstante, a pesar de la importancia del rescate arqueoló gico practicado en los años inmediatos a lapostguerra, el balance relativo a la preservación del patrimonio cultural se resintió justamente por la ausencia de una conciencia de la conservación (King, 1987: 239-240).
Esta situación comenzó a cambiar a partir de 1966 con la aprobación de la Ley de Preservación Histórica Nacional, que permitió la creación de una infraestructura de conservación tanto estatal cono federal. Pero sobre todo, enesta nueva etapa surgió una conciencia de la conservación y la convergencia de los intereses de la arqueología con los de la conservación de la herencia cultural.
Simultáneamente a esta incorporación de la arqueología a las políticas y planes de conservación patrimonial, se produjo la formulación de nuevos planteamientos teóricos que buscaban darle a la arqueología un cuerpo conceptual y superar elenfoque descriptivo que había prevalecido en la arqueología norteamericana desde las primeras décadas de la centuria, durante las cuales había prevalecido el paradigma de la llamada escuela de la Historia Cultural.
Esta nueva postura teórica, conocida como la Nueva Arqueología, proponía que la...
Regístrate para leer el documento completo.