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26. jornada 11Escena 1(Mientras han salido 10s dos del coro, ya estd Guacolda consu telur frente a la ruca, desde dentro la llama CuriZancu,luego aparece. Estd ciego, camina con dificultad, peroconla misma d i p i d a d ) .CURIfiANCU.-i Guacolda! 2 No hay a h noticias ?GUACOLDA.--(Teiiendo) No. Los mensajes no hablan deLautaro.CURIRANCU.-Desde que parti6, dus veces ha vueko elinvierim y me ha arrastrado, como en anticipada muerte,al pais de las sombras. En vano busco en mi dma la luz per-dida.. . 8 Si no hablan de mi hijo, de q u i hablan, puts, 10smensajes ?GUACOLDA.--(~ucituuna) Dcguerra. (El se instala entierra lunto a d u ) Dicen que corre la saetz ensangrentadaentre 10s nuestros, y que habrj Consejo la noche de pleni-lunio.CURIRANCU.--iEstA el Apo Valdivia en su ciudad deConcepci6n ?GUAC0LDA.-Estri en sus lavaderos, cerca de all& sacandoora Miles de mapuches trabajan para 61, someticbs y mal-tratados.GURII;;TANCU.-~ Para gut quieren ellos el or0 ?GUAC0LDA.-Lo envian a suimperio. Reciben a cambiomuchas cosas (Deja de teier) Armas. Animales .. . Y unosobjetos que no sabria nornbrar. (Anhzhndose a pesar suyo)
27. adornos delicados . .. (Mimica de abanicarse) Como alas de mariposa, que las mujeres agitan al calor del mediodia . .. (Mimica de un espejo al que se mira) Y un disco de agua du- ra que refkja el rostro mejor que el d o . . . CUR1RANCU.-(Luego de unsilencio) Se alegra tu voz a1 describir tales objetos, Guacolda. GUAC0LDA.-(Sintitndose cogida en falta) Nunca 10s vi, padrecito, ni lo deseo. Repito lo que oigo decir. CUR1RANCU.-Mejor asi. No ha de desear el mapuche mLs de lo que se precisa para vivir libre y en paz. (Pausa) iEs duro llegar a la ancianidad sin fe ... ! iMaldigo diez veces diez mi inquietud por Lautaro! GUAC0LDA.-No la maldigas que porella vives. (Lo acaricia) Y fe, jtengo yo de sobra para ios dos! CUR1RANCU.-(Angustiado) Siempre fui hombre sereno, hija. Pero hoy jsiento que me derriba e1 estupor! Es lo des- conocido lo que asusta: llegan estos de un mundo imposible de imaginar. Son codiciosos, de todo se sienten dueiios. Y son tan crueles que hasta a su propio dios lo tienen clavado en un madero. GUAC0LDA.-Pero i 10s han vistohumillarse, arrodiliados ante ese dios muerto! No son tan grandes porque, el mapu- che, ni ante sus dioses se doblega. CURIRANCU.-L~si. Y eso aumenta mi temor: antes que verse sometidos se dejarsn exterminar. iY 10s invasores si- p e n Ilegando, como si se hubieran prendado de nuestra. hermosa tierra mapuche! GUAC0LDA.-MLs que de la tierra, idel oro! Y el or0 es mala causa. i D e qu6 sirve? No secome. N o es fecundo. Es algo muerto. Y s610 acarrea desgracias: dicen que por el or0 32
28. se matan entre ellos. En cambio, nuestra causa es buena, esjusta: vivir en paz en la tierra que habitaron nuestros padres. /CURIfiANCU.-i Me admira tu sabiduria, Guacolda!GUAC0LDA.-(Rie) iSon TUS palabras, padrecito!CUR1RANCU.-Gracias, entonces, por devolvtrmelas. (Laacaricia, paternal) Bien supiste...
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