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Y EL DESPUÉS D E LA R E V O L U C I Ó N D E 1789.
LA C O N S T I T U C I Ó N D E LOS SISTEMAS E D U C A T I V O S
CONTEMPORÁNEOS
HERMINIO
BARREIRO
Universidad de Santiago
E L ALBOREAR DE LA BURGUESÍA
Si bien es cierto que el hombre contemporáneo es un producto del Renacimiento, su vida ciudadana y su organización social se perfilaron, en
un primermomento, a partir de la Revolución francesa de 1789. La efemérides del bicentenário tiene, pues, hondo significado.
Es imposible el estudio dialéctico de un acontecimiento histórico sin
tener en cuenta los procesos sociales profundos y de larga duración. El nacimiento de los burgos en el siglo XI marca el inicio de un larguísimo proceso histórico que culminaría, en su plenitud política, en 1789.Antes, en
los siglos XIV, XV y XVI, los ejemplos rutilantes de Florencia, Venecia
y otras ciudades del norte de Italia y de los Países Bajos mostrarían lo que
iba a dar de sí el poderío económico de la emergente clase burguesa.
En el siglo XVI, las guerras de religión son la primera manifestación
llamativa y la expresión más clara de una embrionaria lucha de clases entre
la burguesía y la nobleza.Ya se apuntan casi todos los rasgos de lo que
será la transición del feudalismo al capitalismo y que con tanta dedicación
estudiaron, entre otros, Dobb, Hobsbawm, Sweezy y Hilton sobre los textos
de Marx y Engels. El primer capitalismo apunta justo al corazón del Antiguo Régimen: la ideología religiosa. El cisma que se produce en el seno
de la religión cristiana dividirá irreversiblemente lasfuerzas ideológicas de
ambas clases sociales. Muy pronto, el mapa religioso del mundo iba a quedar trazado tal y como es hoy. Los países de mayoría protestante se convertirían en poco tiempo en metrópolis del capitalismo avanzado. Los países católicos, que fueron el bastión principal del Antiguo Régimen y aliados
incondicionales de la nobleza, perderían el primer tren de la historia contemporánea.20
HERMINIO BARREIRO
Esta larga lucha socioeconómica y política, disfrazada de ideología, cambiaría de sentido con Napoleón. En el XIX se convertirá en una batalla
de verdad por la ideología y por el control de la conciencia social de los
pueblos. La educación y otros aparatos ideológicos del Estado jugarán entonces un papel equiparable al que hoy desempeñan los medios de comunicación de masas.Al mismo tiempo, visto desde hoy el problema, podemos observar una
inversión de las tendencias si hacemos un análisis de estructura y en la perspectiva de larga duración. El dominio de la nobleza, más allá de su hora
histórica, generó atraso económico, reacción política y pobreza cultural.
Por eso no es una casualidad que los países en los que hoy existe una fuerte
implantación social de lareligión católica son, en general, países subdesarrollados (América Latina es un ejemplo clamoroso. Asia y Africa constituyen, en este análisis, casos al margen; en ambos continentes la lucha por
la ideología se plantea en otro terreno y a partir de contextos históricos
diferenciados. El fenómeno socioeconómico y político común a los tres
continentes es el colonialismo y el neocolonialismo).
Si abordamosel fenómeno a partir del carácter histórico y perecedero
del capitalismo podríamos colegir que la religión católica es hoy, efectivamente, la religión de una buena parte del Tercer Mundo y, consecuentemente, la religión con más futuro (si entendemos que en el proceso de liberación del Tercer Mundo se encuentra uno de los principales factores
de progreso). Para que eso sea así, se requiere tansólo, por parte de la Iglesia de Roma, que juegue decididamente esa baza en los países de mayoría
católica. Nicaragua y Chile pueden ser buenos ejemplos. La teología de la
liberación debería ser algo más que una reinterpretación de la historia de
la propia Iglesia y de sus relaciones con los movimientos sociales. La Iglesia católica tiene la oportunidad de recuperar una vieja hegemonía perdida. Ya...
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