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GUERRA CON CHILE
Maritza Villavicencio
Los hechos históricos son el resultado de la convergencia de
la totalidad y multiplicidad de los actos humanos, aunque muchos
de ellos escapen a la conciencia de sus propios autofes. más aián
cuando un sector de los involucrados, llámese grupo, casta, clase,
raza a género no cuenta con los instrumentos "legitimados"para
registrar sus propios actos.
,
Estos, finalmente, terminan siendo diluídos o deformados por
quienes tienen la función (el poder) d e construir la memoria
histórica de una coletividad.
En una sociedad altamente elitista como la peruana, con una
tradición hi~torio~ráfica
de corte aristocrático, e1 registro oficial
de nuestro pasado excluyó a la gran mayoría indígena y popular.
Fue recién porlos años 60 que esa historiografía empieza a
ser cuestionada por la aparición de estudios históricos sobre los
movimientos campesinos, seguidos por otros sobre los demás movimientos sociales de origen popular.
El avance indudable que significaron esos nuevos aportes
para la construcción de una conciencia nacional nos deja, sin embargo, un vacío; pareciera que la historia rescatada fuera la de losvarones de esos movimientos y, al igual que la historiografía tra-
dicional, daba un lugarcito a los de abajo: Túpac Amam (antes
de Velasco). J,osé Olaya, María Parado de Bellido, etc ... En esta
nueva versión, Túpac Amaru y José Olaya quedan reivindicados
como expresión d e un proyecto nacional, pero las mujeres siguen
teniendo un lugar de excepción; somos el complemento o simplemente eldetalle anecdótico.
Incluso cuando dentro de esta misma versión se retoman y
reinterpretan temas que habían sido considerados propios de la
h'storiografía tradicional, como el quehacer político de las altas
esferas o los hechos militares, las acciones de las mujeres continúan en la oscuridad, como si ellas no hubieran tenido nada que
ver con esos sucesos.
Precisamente las guerras, al ser consideradasestrictamente
como resultado único de acciones bélicas, sea de quienes toman
las armas directamente o de aquellos que dirigen las tácticas militares, se dejan de lado no sólo las consideraciones de orden
socio-económicas y políticas que al fin y al cabo son rescatadas
por la historia social, sino que se pierde el conjunto de los hechos
de otros personajes anónimos como las mujeres cuyos actoscotidianos y heróicos hacen ~ o s i b l edesde la, propia existencia de
los ejercicios hasta el punto de garantizar la resistencia y la
victoria.
En nuestra historiografia el ocultamiento del papel de las
mujeres en la Guerra del Pacífico es significativo.
La manera como fueron involucradas las mujeres tomó varios signos, algunos comunes a todas ellas en su condic'ón de tal:
sexo femenino y otrasdiferenciadas por la procedencia social.
Fue así, por ejemplo, que tanto las mujeres pertenecientes a la
oligarquía peruana como las mujeres indígenas de la serranía
fueron tomadas como botín de guerra y violadas por la tropa
chilena.
Testimonio de ello dió Antonia Moreno de Cáceres en sus
Recuerdos d e la Calmpña de la Breña, cuando señala las razones
por las cuales los indígenas lucharon contra loschilenos, eran
"quienes talaban sus sembríos, incendiaban sus tristes chozas,
ultrajaban a sus mujeres sembrqndo el dolor y la miseria" (p. 59).
En el otro extremo social se repetían este tipo de agresiones;
fue así que durante el saqueo de Pisagua, Doña Hortensia Ceballos de Ruiz. miembro de una de las familias más adineradas y
de abolengo de la región, tuvo que elegir la muerte "hundiéndose
enla garganta la bayoneta que pudo alcanzarle su marido a
tiempo antes de convertirse en el más preciado trofeo de un
chileno que ya la había tomado en sus brazos" (Elvira García
y García: La Mujer Peruana a través d e tos Siglos, t. 1, p. 380).
Mi abuela, Mercedes Cáceres viuda de Fernández, me contaba
que el miedo que le tenían a los chilenos se debía "a que dicen
que durante la guerra abusaban...
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