7 Angel Rama Narrativa Gmarquez
te no hay nada), más importante, digo, que esta corrección sobre
el material literario nacional, es lo que opina sobre la literatura
nacional:
Todavía no se ha escrito en Colombia la novela que esté indu
dable y afortunadamente influida por Joyce, por Faulkner o por
Virginia W oolf. Y he dicho afortunadamente, porque no creo
quepodríamos los colombianos ser, por el momento, una excep
ción al fuego de las influencias. En su prólogo al Orlando, Vir
ginia confiesa sus influencias; Faulkner mismo no podría negar
la que ha ejercido sobre él el mismo Joyce. Algo hay, sobre todo
en el manejo del tiempo, entre Huxley y otra vez Virginia Woolf.
Franz Kafka y Proust andan sueltos por la literatura del mundo
moderno. Si loscolombianos hemos de decidirnos acertada
mente, tendríamos que caer irremediablemente en esta corrien
te. Lo lamentable es que ello no haya acontecido aún, ni se vean
los más ligeros síntomas de que pueda acontecer alguna vez.
Quiero destac^m ucho esta apertura hacia la novela vangjqgj;di§Xa.europea que se produce en el grupo de Barranquilía, porque
significa, cuando se produce, o sea en los añoscuarenta y cin
cuenta, exactamente la opción contraria a la que es reclamada
por los titulares de una presunta literatura nacional y popular.
En los años cuarenta, la literatura nacional y popular para el
caso de Colombia, y en general para el caso de Hispanoamérica,
está marcada por la demanda de un costumbrismo que ha avan
zado hasta el tema social y que, por lo tanto, utiliza las formas delrealismo decimonónico. Casi indemnes, atraviesan la fecunda
ción modernista y plantean una problemática de tipo social. Sin
embargo, en la misma época un grupo de escritores (y me impor
tan sobre todo por tratarse de escritores que han de desarrollar,
me parece, más profunda y más coherentemente la idea de la li
teratura nacional) opta, en cambio, por una literatura extranjera,
una literatura deélite, una literatura de vanguardia.
Efectivamente, si la zona cultural costeña es por definición la
zona abierta a las influencias, esto se va a ver con toda claridad
en el proceso que siga la literatura de la zona bogotana enfrenta
da con la de la zona costeña. Los escritores bogotanos se han de
mantener, sobre todo, dentro de las líneas de influencia que deri
van del modelo francés.
Recogen laliteratura de las figuras cruciales de la década de
los años diez y veinte, es decir, de Valéry, de Giraudoux e incluso
de Proust, y mantienen esa vinculación aun frente a la primera
gran innovación de la literatura francesa, producida por el llama
Á N G E L RAM A
do movimiento existencialista y por su pontífice Jean Paul Sartre.
Este movimiento lo cumple la literatura bogotana con algunaexcepción gloriosa como la de Eduardo Zalamea Borda. En
cambio, la zona costeña ha de quedar en un estado muy curioso
de liberación. Y ese estado de liberación le permite sentirse espe
cialmente atraída por los productos de las literaturas anglosajo
nas: Joyce y Virginia Woolf y con ellos Huxley y todo el círculo
de la vanguardia, y sobre todo por la entrada de la literatura nor
teamericana. No laliteratura norteamericana que desarrollaron
los llamados “realistas” sino la llamada literatura de vanguardia
de la generación perdida: Hemingway, Faulkner, Miller, Gertrude Stein y otros. Esta literatura se va a definir en algunos grandes
nombres, pero sobre todo en un movimiento.
El movimiento literario que más influencia ha de tener sobre
el grupo barranquillero, que en cierto modo no hace sinoadelan
tarse a una tendencia que seguirá toda Hispanoamérica, es el de
la literatura sureña que se ha de construir en tomo a la lección
faulkneriana. El introductor de esta literatura será uno de los in
tegrantes del grupo, Alvaro Cepeda Samudio, muy buen cono
cedor del inglés como lo era también Ramón Vinyes, quien, ade
más, vivió dos años en Estados Unidos durante los cuales hizo
estudios...
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