7 Jess Abad Navarro Daniel Avechuco
CONNOTAS. REVISTA DE CRÍTICA Y TEORÍA LITERARIAS / V OL. VI, NÚM . 10 / 2008
Filosofía natural y mito en “Nos han dado la
tierra” y “¡Diles que no me maten!”, de Juan Rulfo
JESÚS ABAD NAVARRO GÁLVEZ*
DANIEL AVECHUCO CABRERA*
Resumen:
Al margen de la evidente relación conflictiva entre los personajes de El Llano en llamas y la naturaleza, es posible advertir otro
tipo de vínculo, el cual,lejos de fundamentarse en la hostilidad,
se configura como el último reducto donde el hombre ha de
refugiarse para soportar, en la medida de lo posible, la precariedad de los demás componentes del mundo. A este vínculo le
subyace un horizonte ético-epistemológico particular que Gilbert
Durand, antropólogo y filósofo francés, ha denominado “hombre tradicional”. Tanto en “¡Diles que no me maten!” comoen
“Nos han dado la tierra”, el tipo de relación que el campesino
rulfiano establece con la naturaleza permite, por un lado, dar
relativa solución a un marco de contradicciones alusivas al concepto de justicia y, por otro, contribuye a esbozar una explicación de las diferencias históricas entre hombres que habitan el
mismo espacio pero que lo experimentan de modos opuestos.
Palabras clave:Hombre tradicional, naturaleza, mito, racionalismo, Rulfo, Gilbert
Durand.
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Ambos, Universidad de Sonora.
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JESÚS ABAD NAVARRO GÁLVEZ, DANIEL AVECHUCO CABRERA
El antropólogo Gilbert Durand dice que, al menos en la cultura
occidental, el hombre, fundamentalmente, se ha relacionado con el
mundo de dos formas distintas. Por un lado, está aquel ser que experimenta el mundo, y por el otro, aquelque experimenta con el
mundo. A éste se le ha denominado hombre moderno, civilizado,
racional, filosófico, entre muchos otros calificativos, y es el que
hoy por hoy domina los discursos oficiales. Al primero se le ha llamado hombre tradicional.
Si bien la filosofía del hombre tradicional ha perdido legitimidad
debido a una multitud de motivos que van desde la coronación y
predominio del pensamientológico hasta la concepción de una forma de ver el mundo monolítica, es innegable que, en tanto que es
parte constitutiva de todo ser humano, sigue teniendo vigencia, y
aprovecha cualquier intersticio del discurso dominante para manifestarse. En este sentido, por más que la historia de las ideas tienda
a encumbrar las potencialidades del hombre de ciencia y a colocarlo en la vanguardia de lo que seconsidera la línea del progreso de la
humanidad, se ha documentado con suficiente constancia y convicción que la filosofía del pensar tradicional no obedece a esquemas historicistas. De este modo, las teorías evolucionistas, que
mucho van en detrimento de cosmovisiones alternas, no han podido eliminar esa propiedad del hombre que, por encima de milenios
de ‘civilización’, se mantiene: a saber, surelación con la naturaleza
en tanto es concebida como la experiencia con las causas últimas
entre el ser humano y el entorno que le rodea.
El hombre tradicional tiene una relación muy estrecha con el
cosmos. A diferencia del hombre que se dice moderno, el cual busca a como dé lugar separarse del mundo, trazar una línea divisora
entre el yo-pienso y la cosa pensada, el hombre tradicional, por suparte, siente la necesidad de integrarse al universo. Para él todos los
elementos del entorno, como si se tratara de un sistema, cobran
significado en tanto que se relacionan entre sí: la flora, la fauna, el
ambiente, las piedras, los astros. Al respecto dice Sanguinetti: “La
aspiración de lo múltiple a su unificación es también una aspiración
a la totalidad, en la que ninguna de las partes quedaaislada, menoscabando la integridad y la perfección del todo” (164). Esta inte-
“NOS HAN DADO LA TIERRA” Y “¡DILES QUE NO ME MATEN!”
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gración del ser con el mundo, descalificada por la pedagogía
“segregadora” de la lógica, da fundamento, por ejemplo, al pensamiento religioso pagano, el cual, en vez de reducir su operación a
ideas monistas como de un único Dios, una sola materia, un Centro,...
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