8 Cullen
De cómo entiende la filosofía Rodolfo Kusch
Carlos Cullen
Rodolfo Kusch.
1. Citamos los textos de Kusch en la edición Obras completas, en cuatro volúmenes,
que publicó la Editorial Fundación Ross
de Rosario, entre 1998 y 2003. Se cita el
volumen y las páginas.
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ESPACIOS
Como una forma de pensar
y celebrar el bicentenario de la
Revolución de Mayo, esteartículo
se propone reflexionar sobre el
filosofar en América desde una
aproximación al pensamiento de
Rodolfo Kusch.1
En una mesa redonda sobre la
filosofía nacional sostuvo Kusch
que “la cuestión es la danza propia”.
Porque nos pasa como en la “danza
de la trenzas navideñas en la
Quebrada, se continúa trenzando y
destrenzando lo que está depositado en el corpus. Pero puede ocurrir
lo peor:aceptar el filosofar como
pensamiento y no como reiteración, pero entonces, los pies se nos
entreveran porque hemos perdido
el ritmo del conjunto. Está por
medio el que nuestra danza no sea
la adecuada… El problema no está
en haber trenzado todas las cintas,
sino en que lo que se dio en llamar
filosofía no es el corpus real… Hay
que destrenzar las cintas, para trenzarlas de acuerdo con un corpusrealmente nacional y que no se
molesten los danzantes. El estado
actual de la cuestión se reduce a la
danza propia, o sea, a cometer el
ridículo de dar pasos inadecuados.
Y en esto va la responsabilidad del
pensador” (Kusch, IV: 24). Es que
la repetición a partir de un corpus
(problemas, en definitiva) que no
es real, es mera repetición.
Pensar, en cambio, tiene que
ver con la danza propia, donde seactualiza lo importante y lo digno
de ser pensado. El tema es que se
actualiza como un relato de un
verdadero descenso al infierno filosófico, es decir, ese “subsuelo patrio
–que es un horizonte negro–, esa
pre-patria donde quedó enterrada
nuestra verdad, y que cierto renovado afán de pulcritud nos impide
escarbar” (Kusch, IV: 25). Es desde
este descenso, verdadera hybrys
o robo prometeico delfuego del
logos hegemónico, desde donde
puede emerger la transfiguración,
es decir, un pensamiento creador.
Lo que ocurre es que este
“subsuelo”, esta pre-patria, esta trastienda, este corpus real, no es otro
que el de la América Profunda, ese
cuerpo del Inkarri, desgarrado y separado de su cabeza, que –enterrado en el fondo de América– crece
continuamente, buscando integrar
su fragmentación. En esecorpus
real confluyen “indios, porteños y
dioses”; se trata del pensamiento
implícito de América, que no es
otro que el pensamiento indígena
y popular, donde habita la reserva
de sentido, donde se da el qué, la
cosa, el asunto que hay que pensar,
y, entonces, sí pensaremos danzando, siguiendo el ritmo de conjunto
y sin estorbarnos los pies.
Por eso filosofar es meternos,
de alguna manera, adanzar,
despojándonos de los miedos (al
ridículo, en definitiva) que nos
traban los pies, descendiendo al
infierno hediento y tenebroso del
subsuelo patrio, de la América
Profunda, dejándonos “meramente
estar” en el “codo a codo con la comunidad, es decir, con el pueblo”,
y entonces sí, desde ese magma
primario se puede intentar, lúdicamente, acertar con el fundamento,
volcar lo desfavorable enfavorable
y, de una vez por todas, fundar
una nación, que no podrá ser tal
sino equilibrando o reintegrando,
desde esta América Profunda,
telúrica, vegetal, demoníaca,
popular en definitiva, el equilibrio
de lo humano, en una civilización
que ha olvidado que el hombre es
“mitad cosas y mitad dioses”, que
es conjunción de opuestos, que,
como la pareja, está para el fruto y
que, desde la indigencia, esperala
quinta creación.
La condición reconocer
el miedo original
Meternos en la danza propia
implica “cometer el ridículo” de dar
pasos inadecuados, precisamente
porque nos animamos a reconocer
“ese miedo original que el hombre
creyó dejar atrás después de crear
BICENTENARIO
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La América Profunda busca su sujeto
su pulcra ciudad”. “Este miedo de
ser primitivos en lo más íntimo –de
que nos...
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