87-02.Est.Viladrich
ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE.
LA CUESTIÓN DE LAS TRES GRANDES
ESTANCIAS DE LA UNIÓN (I)
PEDRO-JUAN VILADRICH
SUMARIO
I • UNA INQUIETANTE PARADOJA. II • LA CUESTIÓN ANTROPOLÓGICA Y SU CARÁCTER INTERDISCIPLINAR. III • LA INTUICIÓN DE
UN ANTES Y UN DESPUÉS. DINÁMICA Y ESTRUCTURA. IV • CUATRO ASPECTOS DEL PROCESO AMOROSO DE CONYUGACIÓN. EL
«TIEMPO» DEL AMAR DENTRO Y EN MEDIODE LOS OTROS TIEMPOS
HUMANOS. V • LA GENIAL DISTINCIÓN ENTRE UN IN FIERI Y UN IN
FACTO ESSE. VI • DE CÓMO ENLOQUECIÓ LA IDEA DE MATRIMONIO
EN LA TESIS CONTRACTUALISTA. VII • LA RECUPERACIÓN DEL
PROCESO UNITIVO EN LA EXPERIENCIA DE AMAR. VIII • EL PAPEL
DECISIVO DE LA «CONJUNTA» INTENCIONALIDAD VOLUNTARIA EN
EL AMAR. IX • LA VERDAD CONYUGAL DE LA INTENCIÓN AMOROSA. LA ARTICULACIÓN ENTRENUESTRA LIBERTAD Y LA NATURALEZA «PERSONAL Y ESPONSAL» DE NUESTRA SEXUALIDAD. X • LA REGLA CONTEMPORÁNEA DEL SIMPLE CONSENSUAR CUALQUIER
CONTENIDO. XI • LA VETA DEL VÍNCULO CONYUGAL. XII • DE
CÓMO LAS PERSONAS DEL VARÓN Y DE LA MUJER PUEDEN UNIRSE EN
SUS CUERPOS SIN FUNDIRSE, CONFUNDIRSE, APROPIARSE Y PERDER
SU PERSONALIDAD. ¿CÓMO DOS PERSONAS PUEDEN SER UNA SOLA
CARNE? XIII • LA SOBERANÍACONYUGAL. XIV • EL AMOR CONYUGAL NO ES COSA DE UNO, NI DE DOS, SINO DE TRES. LA TRIDIMENSIONALIDAD DEL ENTRELAZAMIENTO AMOROSO. XV • DESCUBRIR Y DISFRUTAR LA CO-INTENCIONALIDAD UNITIVA DEL AMOR
CONYUGAL. XVI • «MI» HOMBRE O «MI» MUJER: ¿CUÁNDO Y POR
QUÉ PODEMOS DECIRLE «MÍO» A NUESTRO AMADO SIN POR ELLO
APROPIARNOS DE ÉL Y ANULARLO POSESIVAMENTE?
IUS CANONICUM, XLIV, N. 87, 2004, págs. 17-67
18PEDRO-JUAN VILADRICH
I. UNA INQUIETANTE PARADOJA
Parece ocurrirnos un hecho sorprendente. Quizás nunca hubo, como hoy, un interés tan masivo por las cuestiones relacionadas con el sexo y el amor. Además de la bibliografía, inunda los productos mediáticos
y la praxis corriente. Al mismo tiempo, tal vez como nunca, los amores
son tan frágiles, el anhelo de compañía y de confianza íntima tanvolátil
y difícil, las soledades tan frecuentes, profundas y desconcertadas. ¿A mayor interés, peores resultados? La paradoja es inquietante. Imaginemos, a
guisa de ejemplo, una cultura y una sociedad que cuantas más energías
dedicase a la salud, más enfermos tuviera. En honor a la verdad, debemos
agradecer a las ciencias médicas su eficacia en conjurar semejante contradicción. ¿Qué nos pasa,entonces? ¿Qué nos ocurre con aquel específico amor entre el varón y la mujer, con aquel amor de conyugación sexual —el llamado amor humano—, al que aquí nos referiremos con la
expresión amor conyugal?
Hace unos treinta años aventuré una hipótesis sirviéndome de
una fábula. Un explorador —cualquiera de nosotros «buscándose la vida»— viaja en su trineo por una vasta estepa helada en pos delpolo norte. De vez en cuando se concede un breve respiro para medir la distancia. Cuanto más corre, más se aleja del norte. Una y otra vez revisa los
instrumentos, azuza sin piedad a sus perros, acelera desesperado su trineo.
Pese a redoblar sus esfuerzos, la distancia no cesa de aumentar más y más.
¿Qué le ocurre al protagonista de tan dramático viaje? Para descubrirlo
conviene alejarnos deldetalle, lo suficiente para disponer de una perspectiva que domine todo el contexto. Porque, hecho esto, es muy fácil
de advertir que aquel vasto paisaje helado y hostil, por el que viaja cada
uno de nosotros en busca de su norte, resulta ser un colosal iceberg, que
se desplaza implacable hacia el sur a mucha mayor velocidad que nuestro pobre explorador corre hacia el norte. La meta del viaje ylos esfuerzos suelen ser encomiables. Pero la base sobre la que se sustenta toda la
aventura puede estar tan radicalmente equivocada que nos conduzca fatalmente al polo opuesto.
Ésta es la cuestión: ¿Qué suelo hay bajo nuestros pies, qué debajo
de nuestra exploración enfebrecida? Parece altamente razonable preguntarnos si las energías, intereses y expectativas que nuestra sociedad
EL AMOR...
Regístrate para leer el documento completo.