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en un capítulo de "Rayuela"
Pilar Hurtado Peralta
El absurdo visto desde nuestra postura de hombres "razonantes", condicionados por
la sociedad concreta en que vivimos, vendrá dado por todo aquello que de alguna manera lo aparte de esos medios de la lógica al uso, bien sea en el plano de las ideas -la locura
será un caso extremo de este absurdo: "una idea que se fija"-; enel de las acciones: todo
aquello que podría titularse como "lo excéntrico"; o en cualquier otro plano, siempre que
rebase las imprecisas líneas divisorias que, en teoría, separarían un estado "normal" de
otro 'bpatolÓgico~'.
Desde este planteamiento, Rayuela, como novela, rompe los moldes habituales establecidos para el género, y por tanto podríamos catalogarla dentro de "lo absurdo". Pero
eséste un "absurdo humorístico" que podemos permitirnos porque "no desacomoda" en
exceso y porque, en definitiva, acepta una justificación pronta: "no pasa de una novela",
de una obra de ficción, y esto ya le da su propia limitación, su propia jaula.
Y ya dentro de la novela concreta, la escala de valores se modifica y lo absurdo pasa
a ser que "no parezca absurdo" tantas cosas que entran dentro de laperfecta etiqueta de
la cotidianeidad: "el absurdo es que salgas por la mañana a la puerta y encuentres la
botella de leche en el umbral (...) Es ese estancamiento, ese así sea, esa sospechosa carencia de excepciones. Yo no sé ché, había que intentar otro camino" (p. 197). Rompiendo
este absurdo, "esa costra mental", podríamos llegar, tal vez, a entrever otro mundo en
donde las excepcionestendrían cabida; y a través de esa panavision una esperanza de
aprehensión de lo absoluto se haría más cercana.
Desde esta perspectiva modificada es desde donde cobran sentido tantos capítulos
"fuera de serie" de Rayuela: el concierto de Berthe Trépat, la muerte de Rocamadour ... 5
como máximo exponente la escena del tablón entre ventana y ventana que es la que ahora
nos ocupará. En este absurdo, en esevacío: "dos delgadas paredes y una rebanada de
aire", se deciden destinos, se intenta la comunicación entre Traveler y Horacio, lo que no
se logra en esos "mateados en el patio de Don Crespo" a nivel de la calle y en la cotidianeidad de la vida.
En la escena del tablón se quiebran todos los lazos de la lógica, y además Cortazar
tiene la habilidad, una vez pasado el sobresalto del paso de unadimensión a otra, de
darnos el absurdo can el tono habitual de lo cotidiano, de tal manera que llegamos a identificarnos de tal forma con lo excepcional, que cuando la "domesticidad" vuelve con
Gekrepten, con su dentista y "sus trapos", nos parece mucho más irreal y absurda que la
que acontece allá arriba, entre dos ventanas.
Pero en éste un capítulo que merece un acercamiento "in situ", que vamos arealizar.
A nivel simbólico, en el capítulo 41, se explican muchas cosas. Es el segundo capítulo
de la novela que escribió Julio Cortázar. El primero, que después eliminó y que publicado
en separata por la R. Iberoamericana (l), narraba una escena de venganza de Traveler
(Talita era el blanco), estilo Duchamp-Oliveira, con piolines y humillaciones. Suprimido
este primer capítulo, quedó el del tabloniniciando el texto, y siempre teniendo en cuenta
de que hablamos de la concepción de la novela y no del texto definitivo.
Desde esta visión, hay un planteamiento, muy sugerente, que nos gustaría hacer:
Travaler y Oliveira a ambos lados del tablón-puente. El puente hay que entenderlo como
paso de una dimensión a otra, como pasaje más allá de lo puramente físico. Talita, a
horcajadas sobre eltablón entre los dos hombres que la llaman cada uno de su lado,
decide el destino de ambos. Su respuesta final de volver con Traveler supone la adhesión a
la costumbre, a la vida porteña, y condiciona a Traveler a aceptar esa vida. El rechazo de
Horacio, a su vez, 11,evaria "al perdedor" a la ruptura, al desengaño, y a la búsqueda de
otro puente-passaje que, en este caso, se buscaría en París,...
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