95 tesis de martin lutero.
Martín Lutero, en cambio, hizo una nueva interpretación de los Evangelios del Nuevo Testamento, que derivó en otro paradigma cristiano. Para él no había una “mediación apostólica” en la relación entre Dios y los hombres. Lo único que valía eran las Sagradas Escrituras (primacía de las Escrituras), Jesucristo (primacía de Cristo) y la gracia de Dios (primacía de la gracia y dela fe). El detonante de la Reforma fue el comercio de indulgencias, cuyos beneficios iban a ser destinados a la construcción de la Basílica de San Pedro en Roma, pero también a mantener el lujoso estilo de vida del Papa Leo X (1475-1521), que se encontraba siempre notoriamente al borde de la bancarrota.
Cuando Martín Lutero escribió sus 95 tesis en la habitación de su vivienda de párroco de laIglesia de Wittenberg, buscaba únicamente poner un alto a lo que él consideraba anomalías en la Iglesia Católica Romana (la secularización, la evasión del celibato). No era su intención entrar en conflicto con el Papa ni tampoco fundar su propia Iglesia. Por ello no clavó tampoco las tesis ese memorable 31 de octubre de 1517 en la puerta de la Iglesia de Wittenberg, sino que las envió para sudiscusión a colegas y amigos. Ese día no fue un revolucionario, sino un monje preocupado por la salvación de las almas de los miembros de su comunidad. La reacción a las tesis, que se propagaron rápidamente, convirtió a ese angustiado monje en un revolucionario que trastornó de manera perdurable el mundo medieval y cuyos efectos en la historia no tienen parangón.
1.Cuando nuestro Señor yMaestro Jesucristo dijo: "Haced penitencia...", ha querido que toda la vida de los creyentes fuera penitencia.
2.Este término no puede entenderse en el sentido de la penitencia sacramental (es decir, de aquella relacionada con la confesión y satisfacción) que se celebra por el ministerio de los sacerdotes.
3.Sin embargo, el vocablo no apunta solamente a una penitencia interior; antes bien, unapenitencia interna es nula si no obra exteriormente diversas mortificaciones de la carne.
4.En consecuencia, subsiste la pena mientras perdura el odio al propio yo (es decir, la verdadera penitencia interior), lo que significa que ella continúa hasta la entrada en el reino de los cielos.
5.El Papa no quiere ni puede remitir culpa alguna, salvo aquella que él ha impuesto, sea por su arbitrio, seapor conformidad a los cánones.
6.El Papa no puede remitir culpa alguna, sino declarando y testimoniando que ha sido remitida por Dios, o remitiéndola con certeza en los casos que se ha reservado. Si éstos fuesen menospreciados, la culpa subsistirá íntegramente.
7.De ningún modo Dios remite la culpa a nadie, sin que al mismo tiempo lo humille y lo someta en todas las cosas al sacerdote, suvicario.
8.Los cánones penitenciales han sido impuestos únicamente a los vivientes y nada debe ser impuesto a los moribundos basándose en los cánones.
9.Por ello, el Espíritu Santo nos beneficia en la persona del Papa, quien en sus decretos siempre hace una excepción en caso de muerte y de necesidad.
10.Mal y torpemente proceden los sacerdotes que reservan a los moribundos penas canónicas en elpurgatorio.
11.Esta cizaña, cual la de transformar la pena canónica en pena para el purgatorio, parece por cierto haber sido sembrada mientras los obispos dormían.
12.Antiguamente las penas canónicas no se imponían después sino antes de la absolución, como prueba de la verdadera contrición.
13.Los moribundos son absueltos de todas sus culpas a causa de la muerte y ya son muertos para lasleyes canónicas, quedando de derecho exentos de ellas.
14.Una pureza o caridad imperfectas traen consigo para el moribundo, necesariamente, gran miedo; el cual es tanto mayor cuanto menor sean aquéllas.
15.Este temor y horror son suficientes por sí solos (por no hablar de otras cosas) para constituir la pena del purgatorio, puesto que están muy cerca del horror de la desesperación.
16.Al...
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