9788497934923

Páginas: 8 (1915 palabras) Publicado: 14 de abril de 2015
LA DÉCIMA SINFONÍA
Joseph Gelinek

1
Almería, verano de 1980
Un Mercedes-Benz 450 SL de color blanco, con el motor ronroneante, llevaba detenido diez minutos en segunda fila, a unos
metros de la oficina principal del Banco de Andalucía de Mojácar.
Al volante, con gafas de sol y un delicado vestido de lino verde sin
mangas, que se transparentaba ligeramente a contraluz, se hallaba
sentada unamujer rubia con tal aspecto de estrella de Hollywood
que ya se había visto obligada a defraudar a varios lugareños que
se habían acercado a solicitarle un autógrafo, asegurándoles que no
solo no era Jane Fonda —ni Farrah Fawcett, la otra diva con quien
la habían confundido— sino que ni siquiera se dedicaba al séptimo
arte. Su glamuroso aspecto se debía sobre todo a su pose felina y a
loendiablada-mente bien que le sentaba aquel vaporoso vestido, a
través del cual emergía majestuoso un largo y blanco cuello de
garza. La mujer entretenía la espera escuchando «Take Five», el
legendario tema del cuarteto de jazz de Dave Brubeck en el que
Paul Desmond, el saxo alto, exponía la pegadiza y sinuosa melodía
con tanta elegancia que el oyente tenía la sensación de que le
estaban sirviendo una especie deMartini sonoro.
La temperatura en la calle era sofocante, hasta el punto de que
algunos viandantes, al llegar a la altura del Mercedes, ha
13

Random House Mondadori
Travessera de Gràcia 47-49 08021 Barcelona España
http://www.megustaleer.com
http://www.rhm.es

bían optado por guarecerse bajo el único toldo cercano, en parte
para recuperar el resuello y en parte para tener la oportunidad decontemplar largo y tendido, desde la penumbra, a la llamativa
pareja de baile formada por la glamurosa rubia y el imponente
automóvil.
La mujer miraba al frente, tamborileando con su mano derecha
sobre el volante al ritmo de la música del cuarteto, ajena por
completo a la asfixiante temperatura almeriense, que hacía que
algunas de las personas refugiadas bajo el toldo jadearan sacando
la lengua, comoperros acalorados evaporando saliva. Tan solo una
vez se permitió dirigir una furtiva mirada de ansiedad hacia la
institución bancaria, de donde hacía un buen rato que tenía que
haber salido ya su acompañante. Por fin, tras cinco minutos más de
interminable espera, se abrió la puerta del banco y asomó la cabeza
un tipo alto y bien parecido, de aspecto británico, con pantalón y
americana de colorclaro y piel tan blanca que ni siquiera el
poderoso protector solar con el que solía defenderse había
impedido que enrojeciera en los puntos más delicados. La luz
cegadora de la calle hizo que el hombre entrecerrara los ojos y
mostrara su refulgente dentadura, en una mueca entre cómica y
siniestra, como de esqueleto. Utilizando la mano derecha a modo
de visera, logró por fin divisar a la rubia deldescapotable y tras
llamar su atención con un silbido, le hizo una seña inconfundible
con la mano que quería decir «espera».

La mujer del coche bajó la música, para que Joe Morello, el batería
del cuarteto, que había comenzado ya su solo, no dificultara la
comunicación, y luego asomándose por la ventanilla del copiloto,
para tener una mejor visión de su interlocutor, dijo:
—¿Qué ocurre?
El tipoimprovisó un megáfono con las manos para hacerse oír por
encima del tráfico y respondió:
—¡Dame cinco minutos!
14

Random House Mondadori
Travessera de Gràcia 47-49 08021 Barcelona España
http://www.megustaleer.com
http://www.rhm.es

La rubia —que después de haber padecido un buen rato bajo aquel
sol de justicia hubiera tenido motivos suficientes para perder los
nervios ante la perspectiva de otraespera interminable— reaccionó
ante aquel contratiempo esgrimiendo una cautivadora sonrisa, que
brindó al respetable que la estaba observando, sacó las llaves del
contacto y salió del coche.
Durante un instante, sus bien torneadas piernas se adivinaron al
trasluz de aquella tela de lino que casi parecía gasa y uno de los
jóvenes que más rato llevaba contemplándola, embelesado desde
la oscuridad...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS